LIBRO 2
🔴Versión reescrita del Fanfics original con Draco Malfoy🔴
Hillary era muy pequeña cuando perdió a sus padres y la separaron de su mellizo, el famoso Harry Potter. Todos la dieron por muerta tras la desaparición del Señor Tenebroso; sin emb...
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Tom invitó a Draco en una ocasión para que viera uno de los entrenamientos de los aspirantes a Cazadores.
Draco estaba en el sofá mientras los chicos se turnaban para entrenar. Todo estaba tranquilo hasta que Harry y sus amigos entraron. Draco puso mala cara casi al instante.
—Quieto, fiera —advirtió Tom—. Vienen para ver el espectáculo también. Espero que haya paz, ¿me habéis oído? Eso también va por ti, Potter.
Harry resopló.
—Como sea.
—Bien, creo que hemos montado un circo —sonrió Hillary divertida saliendo de uno de los baños. Iba con una sudadera ancha y gris, un top deportivo negro y unas mallas que se amoldan a su perfecta figura.
—Jefa, tú dirás. Ya hemos corrido los 4 kilómetros de hoy y hecho la sesión de cardio —afirmó Theo.
Hillary terminó de atarse la coleta.
—Armamento regionario, Tom y Sereia; cuerpo a cuerpo, los mellizos maravillosos.
—¿Y tú? ¿Te vas a rascar el culo o qué? —bromeó Sereia.
—Yo combato luego con Mattheo cuerpo a cuerpo o con lo que se sienta más seguro.
—¿Me estás diciendo que eres mejor que yo? —dio un paso al frente.
—Vamos, Theo, no pasa nada. Todos tenemos a alguien por encima de nosotros. Menos yo.
Draco sonrió ante el orgullo egocéntrico de la chica.
—Venga, Riddle y Snape al ring. Mattheo, ve calentando mientras, si quieres.
—No lo necesito.
—Mattheo, a las barras. Ahora.
—Sí, jefa.
Los alumnos de Hogwarts vieron cómo Tom agarraba dos dagas largas y afiladas y Sereia preparaba una lanza con punta de hierro. Se prepararon y Sereia atestó el primer golpe contra Tom, pero él puso sus dagas en cruz para protegerse. Desvió la lanza y dio una estocada a la vara de la lanza.
—¡Se van a matar! —chilló Hermione aterrada.
Tom lanzó un mandoble, pero Sereia le dio un golpe en la mano con su lanza y una de las dagas salió disparada, saliendo del ring y casi dándole a Mattheo.
—¡Ey, eso es falta! —exclamó el castaño.
—¿Eso es todo? —retó Tom a Sereia.
La chica Snape le dio un rodillazo. Cuando Tom se quejó, lo placó y lo aprisionó entre el suelo y la lanza.
—Muy bien, Ser. Tom, quiero que tengas los mismos reflejos que ella, ¿me has oído?
