24. Siempre juntos

94 7 1
                                    

Primer día otra vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Primer día otra vez. Siempre se hacía pesado para Hillary, sobre todo por soportar a Tyler de nuevo. Pero a los tres o cuatro días ya todo se volvía más... casual. Más normal, más llevadero. Y aquel día, en el descanso, todo era como es, como siempre había sido.

Tyler y su grupo de estúpidos se acercaron a los cuatro magos como quien no quiere la cosa. En ese momento Hillary ya se había puesto a la defensiva; después de todo, Tyler era Tyler. Y nunca dejaría de ser el mamón de Tyler.

Tyler levantó el rostro de Hillary con su mano tranquilamente y con una mirada de astucia junto a su hipócrita sonrisa.

—Te ves hermosa hoy, Potter —dijo—. ¿Te gustaría venir a mi casa esta tarde? Mis padres están de viaje y no vuelven hasta dentro de tres días. Estaremos solos tú y yo...

Mattheo agarró la mano de Tyler y la alejó de ella, retorciéndola mientras él se quejaba del dolor.

—Aléjate de ella, cerdo asqueroso —murmuró—. Te recuerdo que no soy de los que amenazan porque sí. Y si no te vas de aquí ahora, vas a recoger los dientes del suelo.

—Theo —dijo Hillary—. Basta, no vale la pena. Es un palurdo.

—Eso Theo —se burló Tyler—. Hazle caso a tu novia y siéntate en la mesa más sucia, en la esquina más oscura, alejado de la sociedad, como hacen los vagabundos como tú.

Tom se levantó, alejando a Hillary del grupito de Tyler. Lo intimidó con su mirada fría y el ceño fruncido. Mattheo ya se estaba remangando para la pelea. Sus dos colegas favoritos, Jasper y Ralph, los fulminaron con la misma idea violenta que ellos.

—No entiendo por qué defendéis a esa estúpida huérfana.

Y fue Hillary la que lanzó el primer puñetazo.

Jamás. Nunca jamás de los jamases... llames a Hillary Potter huérfana. Es lo peor que le podían decir. Y si alguien insultaba a sus padres o a su familia, entonces sí que debía que temer por su vida.

Comenzó una tremenda pelea que se desató fuera de control. Los puñetazos y hostias llovían como gotas en las tormentas. Patadas en las espinillas y en... otras partes del cuerpo. Claro, Tom, Hillary y Mattheo tenían más entrenamiento y obviamente ganaron en esa sangrienta pelea.

Y como no era la primera vez que les pasaba algo así, los tacharon de culpables.

•••

—Sé que vosotros sois del tipo de niños que siempre tienen una gran excusa y buena razón para empezar una pelea —dijo Marlene—. Pero no hemos terminado la primera semana y os han suspendido tres días.

—Tyler es...

—Un verdadero hijo de puta, Mattheo, lo sé —Aurora le dio la razón—. Sentaos, tenemos que hablar.

Hillary Potter: la Elegida de Andraste (reescrito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora