56. Sucumbir a la oscuridad

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—¡ALEJA ESO DE MÍ! —bramó Tom, casi corriendo hacia el otro lado de la habitación

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—¡ALEJA ESO DE MÍ! —bramó Tom, casi corriendo hacia el otro lado de la habitación.

—¡Bája la voz! ¿Quieres que nos descubran? —exclamó Draco.

Tom, jadeando, lo miró fieramente desde el otro lado de la habitación.

—Hermano —Mattheo se acercó a Tom—, es como Hillary dijo. Es nuestra misión. Todo debe ir según el plan.

—Yo no puedo ser un Mortífago —jadeó aterrado, mirando la carta que Draco aún sostenía entre sus manos.

—Nunca lo serás, Tom, yo no lo soy —aseguró el chico de cabello blanquecino—. Una marca no dice nada. Tu corazón está y siempre estará con los Cazadores.

Tom empezó a relajarse. Mattheo lo abrazó y Draco se unió pronto.

Los tres eran Cazadores; una familia.

•••

—Señor, sus hijos están aquí —avisó un miembro de la mesa.

Lord Voldemort, el Señor Tenebroso, sintió la presencia de sus descendientes y esbozó una espeluznante sonrisa.

—Pasad. Pasad, hijos míos. Tú también, joven Malfoy. ¡Pasad!

Los tres caminaron lentamente hasta la mesa. Mattheo se esforzaba por parecer sereno, pero a Tom le costaba esconder su miedo.

—Los he llamado, mi señor, tal y como pidió —dijo Draco solemne.

El mago oscuro y con aspecto aterrador miró a los dos adolescentes.

—Mattheo. Tom —sonrió—. Veo que los Cazadores al fin han hecho algo a mi favor; os habéis vuelto grandes y fuertes. Eso nos será útil.

Los dos hermanos se miraron nerviosos entre sí.

—Sentaos, niños, sentaos junto al joven Malfoy.

Ambos obedecieron. Los tres sentados miraron a Voldemort.

—Vosotros conocéis a los Cazadores, a la Orden... a Potter —escupió—. ¿Quién vencerá? Decidlo alto.

—Ellos —contestó Tom con seguridad—. Los Cazadores.

Voldemort torció el gesto.

—¿Nos vencerán? —gruñó.

—Demasiado rápido para llamarlo guerra —respondió Mattheo—. Hillary es...

—¿Hillary? —chilló Voldemort—. ¿Por qué la llamas así? Os recuerdo a los tres que la Elegida no es vuestra amiga... Nosotros sabemos que ella es demasiado poderosa. El Andraste le da una ventaja extra con la que no podemos competir.

Hillary Potter: la Elegida de Andraste (reescrito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora