Era el cumpleaños número 7 de Osvaldo, para celebrarlo su mamá le había organizado una pequeña fiesta en el jardín trasero de su casa.
El patio estaba decorado con globos de todos colores, dos mesas pequeñas con un mantel rojo y azul, la mesa principal tenía gorritos de cumpleaños, muffins, bolsas con dulces, jugos, frituras y un pastel de Mario Bros con una velita del número 7 y otras siete velitas para soplarlas.
Tenía preparada una bocina con canciones infantiles y juegos de mesa. Todo parecía ir perfecto.
Osvaldo estaba superemocionado, tenía un gorrito de cumpleaños más grande que los demás, portaba una camisa con un Mario Bros estampado y unos pantalones.
había invitado a todos sus compañeros de la primaria. Estaba sentado en el recibidor esperando a que llegaran.
Se llegó la hora que ponían en la invitación y su emoción aumento aún más.
Después de un rato, una hora aproximadamente, su ilusión disminuyo, nadie había ido a su fiesta de cumpleaños.
hecho bolita estaba llorando en el sofá, su mamá lo abrazaba y le daba consuelo, le decía que le llamaría a sus amigas para que llevaran a sus hijos.
Pero Osvaldo no quería nada, su tristeza era demasiada, no podía comprender el porqué nadie había ido a su fiesta, se había esforzado por caerles bien a todos sus compañeros, era buen amigo, estaba para todos cuando lo necesitaban.
No entendía porque no habían ido, y peor aún cuando la mayoría le confirmaron asistencia en la escuela.
Su mamá le decía que tal vez habían tenido un inconveniente y por eso no habían ido, pero Osvaldo era pequeño para comprender eso.
De pronto se escucha el timbre de la puerta principal, la mamá se puso de pie para ir a ver quien era, el niño aun tenía esperanzas de que alguien llegara, y no se equivocó.
Al abrir la puerta ambos pudieron presenciar una niña que se veía muy chiquita con el gran regalo que sujetaba con sus dos manos.
Se trataba de Samy, llevaba una blusa morada con unos shorts cortitos blancos, unos guaraches y como siempre su pelo suelto con una diadema blanca.
Sostenía un gran regalo con envoltura de coches.
—Lo siento por la tardanza. Mi mamá tenía que hacer unas cosas y no podía traerme más temprano.—informo, mientras entraba y ponía el regalo sobre la mesa.
La sonrisa de Osvaldo paso de ser nula a ser la sonrisa más grande que alguna vez hayan visto.
—Feliz cumpleaños, Valdo— lo felicito, con una gran sonrisa.
Abrió los brazos para recibir al cumpleañero con un fuerte abrazo.
—Gracias, Samy, eres mi mejor amiga, gracias por venir.
—No es nada, también eres mi mejor amigo.
—Vamos, el jardín está listo.— Tomo la manita de Samy y la llevo en dirección al jardín, aunque ella ya conociera el camino.
Al llegar y la niña se dio cuenta de que no había nadie frunció el ceño y se le hizo raro.
—¿No ha venido nadie?— pregunto, sorprendida.
—No y creo que ya no van a venir.—dijo con tristeza, agachando la cabeza.
Al ver el humor de su amigo, Samantha no iba a permitir que se la pasara mal el día de su cumpleaños, que al ver su cara hinchada de tras de sus lentes pudo notar que estuvo llorando.
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Atracción imposible [Rivers X El Mariana] ✓
FanfictionSi algún día uno de los partícipes en esta historia llega a leerla (Que la neta no creo) y se siente incomodado o pide que se borre, esta será eliminada sin excepción alguna, esto esta hecho con el fin de entretener y distraerme un rato, claro que n...