👾 O N C E 👾

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A Osvaldo no le gustaba para nada la nueva Samy, no tenía idea de cómo había cambiado de la noche a la mañana.

Esa no era su Samy.

Ahora trataba de ser como las niñas tontas de su clase.

Estaba en el patio platicando con sus amigos, que por cierto ni él tenía idea de cómo en poco tiempo se había hecho amigo de todos sus compañeros, los de otras secciones e incluso de los más grandes.

Volteó a una banca y pudo ver a Samantha sentada con un grupo de chicas.

Se estaba esforzando en encajar, llevaba un poco de maquillaje, la falda más corta de lo que debería, dejo de hablar con groserías y empezó a hablar de una forma más extraña.

Osvaldo sabía que Samy era la más grande fan del fútbol y era la mejor en ello, él había aprendido a jugar solo para poder pasar más tiempo con ella y ahora estaba dejando de hacer lo que le hacía feliz.

Osvaldo se sentía extraño, se distanció mucho de él y eso le dolía más que nada.

Muchas veces atrás había tratado de hablar con ella y solo le decía un simple "Hablamos después", "Estoy con las chicas, cuando me desocupe te aviso" y por su puesto nunca había respuesta.

Estaba harto de eso y tenía que hablar con ella lo más pronto posible, le guste o no.

Ese día saliendo de la secundaria, Osvaldo iría a hablar con ella

RIVERS' S POV.

Los días que Mariana estuvo en España no fueron muy emocionantes que digamos, me la pase en mi casa, prendí stream, estuve en contacto con Quackity y Roier a veces venía a visitarme.

Con Osvaldo estuve intercambio mensajes de vez en cuando por la gran diferencia de horarios, aún no estaba segura de lo que estaba haciendo, pero estaba dispuesta a arriesgar todo.

Había ido al aeropuerto para recoger a Osvaldo, eran las plenas 3 de la tarde y el calor de Monterrey era infernal, llevaba puesta una gorra y unos lentes de sol, para evitar que vieran lo demacrada que estaba.

Estuve unos 30 minutos sentada en las salas de espera cuando avisaron que el vuelo estaba por aterrizar.

Me acerqué a la puerta tres, la puerta tres en las que aproximadamente una semana atrás Osvaldo y yo nos dimos un beso  antes que de se fuera

Gente empezó a bajar de ese mismo avión y posteriormente lo vi, venía un poco más atrás, sonreí inconscientemente al verlo, él me devolvió la sonrisa.

Al llegar a donde estaba yo, extendió los brazos y me dio un abrazo enorme, al punto de cargarme, supuse qué tal vez quería darme un beso, pero había demasiada gente y lo de nosotros nadie lo sabía. Me bajó y lo saludé.

—Bienvenido, mojón. ¿Cómo te la pasaste?— pregunté, con una sonrisa.

—Muy bien, Rivis, algo cansado el vuelo.

Comenzamos a avanzar en dirección del estacionamiento, uno al lado del otro, platicando de cómo le había ido en su viaje.

Cuando estuvimos arriba de mi auto hablo.

—Te extrañé. — me dijo mientras volteaba a verme.

—Yo también— sonreí

Aún me sentía extraña, pero cómoda con él.

—¿Vamos a comer?, ¿O quieres que te lleve a tu casa?— le pregunté.

—Si quieres vamos a comprar comida y comemos en mi casa.— propuso.

Atracción imposible  [Rivers X El Mariana] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora