👾 V E I N T I N U E V E 👾

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El tiempo había pasado, Samantha y Osvaldo habían aprendido a vivir ocultando sus sentimientos.

Se llevaban de maravilla, Samy había convivido muchas veces con la novia de Osvaldo, y este no tanto con su novio, pero al parecer le caía bien.

Les iba muy bien en la universidad.

A pesar de que estaban teniendo que tomar clases en línea debido a la pandemia que había.

Tenían mucho tiempo libre, jugaban warzone hasta tarde, Fully guys, Roblox, FIFA, y muchos juegos.

Osvaldo estaba empezando a hacer en vivos en alguna plataforma de streaming, bajo el nombre de "El Mariana" en su origen a que cuando jugaban y le tocaba ser la mujer se ponía ese nombre, ella lo ayudaba a veces, él grababa cuando jugaban juntos, ya que decían puras pendejadas.

No fue hasta que un día, Samy se encontraba jugando con Osvaldo en línea y le llego un mensaje de un número desconocido.

—Espérame, espérame, voy a contestar algo.— Dijo silenciando el micrófono.

—Pinché, madre contigo, siempre cagando el palo.

No dijo nada, solo se dispuso a revisar el mensaje y cuando lo vio, sus ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas.

Era una foto, en la foto estaba Héctor, su novio afuera de la casa de su amiga de la universidad: Natalia, besándose con ella.

No ponía nada más que la foto y un mensaje que decía "No sigas permitiendo que te sigan viendo la cara".

—¿Samy?, ¿Todo bien?— preguntó por los audífonos.

—Si está todo bien, ¿Seguimos jugando mañana?— dijo con la voz quebrada.

—No, Samy, no estás bien. Dime qué pasa.— insistió.

—Mañana te cuento, Es sobre Héctor. Tengo que irme.

Y colgó la llamada sin derecho a réplica.

Se sentía estúpida, usada, ella confiaba plenamente en él y traicionó su confianza.

Lo peor de todo era que Héctor en un rato iría a visitarla para pasar el rato con ella. Cuando llegó no bajo a recibirlo, no lo dejaba entrar a su habitación.

—Samantha, vamos a hablar, por favor abre la puerta— gritaba mientras golpeaba.

Por suerte sus papás habían salido esa misma tarde y no regresarían hasta la mañana siguiente, así que no los incomodaría con la discusión que estaban teniendo.

—No, no te quiero ver.— lloraba, estaba hecha bolita en su cama.

—Sam, vamos a hablar como los adultos que somos.

Samy se lo pensó mucho, cuando le abrió la puerta de su habitación, estaba de pie, con una cara de preocupación, ella estaba con toda la cara hinchada debido a las lágrimas.

Le dio la espalda y se sentó en su cama, cruzada de brazos.

—Sam, por favor. Perdóname.

—¡¿Cómo chingados quieres que te perdone?!—grito, con dolor en su quebrada voz.

—Toda la culpa es de ella.— intentó excusarse.

—Ella me vale madre, tengo dos putos meses conociéndola, pero tú. Confiaba en ti, me siento traicionada por ti.

—Solo fue un desliz, te lo juro. A la que amo es a ti.— intentó acercarse a ella.

—¡No me toques, a la chingada, lárgate!—se quedó paralizado por como le grito.—¡LÁRGATE A CHINGAR A TU MADRE, SI NO LE LLAMO A MI HERMANO!

Atracción imposible  [Rivers X El Mariana] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora