👾Q U I N C E 👾

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Después de todo eso, Samy volvió a ser la misma, dejó de vestirse como las demás niñas.

Estás al ver que Samy había cambiado se habían alejado de ella y la veían con cara de fuchi, a ella le importó un rábano, ya que no estaba sola, estaba con Osvaldo.

Se había hecho amiga de sus amigos, la trataban muy bien y se divertía con ellos, por fin se sentía que encajaba.

Era feliz, entro a un equipo de fútbol, estaba por ir a un entrenamiento y se había puesto su camisa del equipo, con su nombre y el número 10 en la parte de atrás, estaba lista para irse a su entrenamiento.

Fue al cuarto de su hermana para verse al espejo y esta vez, si vio su propio reflejo en él, vio algo que le gustaba y era ella misma.

RIVERS' S POV.

Esta noche era Navidad, iríamos a cenar primero con mi familia, solo serían mis padres, mi hermana y sus hijos y después nos iríamos a casa de Osvaldo que era mucha gente y la fiesta iría para largo.

Estaba terminando de vestirme, las pasadas dos semanas en las que Mariana me había pedido que fuera su novia habían sido magníficas, me trataba bien y me hacía sentir querida, y como lo había mencionado anteriormente, me sentía muy diferente que con Héctor.

Y hablando de pinché loco, después de eso ya no me llegó ningún mensaje por parte de él, y no sabía si aliviarme o asustarme.

Quedamos en que vendría él por mí, yo insistí en irme en mi carro y nos viéramos haya o que yo iría por él, pero es un pinché burro necio e insistió en que iría por mí, ya no debería tardar.

Estaba terminando de plancharme el cabello, cuando escuché el timbre, era él.

Tome la caja envuelta con papel navideño, en el que se encontraba su regalo adentro.

Al verme sonrió y me abrazó, traté de abrazarlo, pero al tener la caja en mis brazos solo pude darle un abrazo de lado.

—No mames, ¿Eso es para mí?— preguntó emocionado al ver el regalo en mis manos.

—No, es para el Beto.— Bromee.

Vi su cara que cambio a una de fastidio, me gustaba hacerlo molestar.

—No, pendejo, es para ti, pero aún no lo vas a abrir.

Osvaldo asintió con la cabeza y bajamos hacia su auto.

Fuimos en dirección a la casa de mis papás. En mi casa se acostumbraba a no hacer tanta fiesta, ya que mi familia era pequeña y la mayor parte vivía muy lejos, en cambio, la de Mariana era muy grande y numerosa, por eso optamos por ir primero a mi casa porque únicamente estarían mis papás y mi hermana.

En cuanto llegamos a casa de mis papás, mi hermana me dio un gran abrazo, había llegado ese día en la tarde, tenía desde las vacaciones de verano que no la veía.

—Samy, Te extrañé mucho.— Dijo dándome el abrazo.

—Yo igual— dije cuando nos separamos.

Con una gran sonrisa volteó a ver a Mariana.

—Osvaldo, cuánto tiempo que no te veía, mira qué alto estás, qué alegría volver a verte— Emocionada se abalanzó hacia sus brazos.

—Igualmente, Vero, ha pasado mucho tiempo, ¿no?, ¿Cómo están los chiquillos?— preguntó, con una sonrisa.

No hizo falta que mi hermana gritara al llamado de sus hijos, cuando se escucharon unos grititos que se aproximaban, mis tres sobrinos venían corriendo en dirección a mí para darme un abrazo.

Atracción imposible  [Rivers X El Mariana] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora