👾🎄ESPECIAL DE NAVIDAD🎄👾

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👾🎄EL REGALO DE OLIVIA🎄👾

23 de Diciembre

Navidad estaba a la vuelta de la esquina y en la casa de Osvaldo y Samantha se respiraba el espíritu navideño y el olor a Cheetos.

Y se sentía más que nada porque el pequeño duende que vivía ahí estaba más que emocionada porque se llegara Navidad.

Olivia era fan de Navidad, mientras sus papás eran más fans del Haloween, ella amaba todo lo que tuviera que ver con el invierno, las posadas, Santa Claus, renos y todo lo involucrado con navidad.

Así que desde que había entrado el mes de diciembre, incluso antes, sabía que navidad se avecinaba cuando pasaba su cumpleaños ( 26 de Noviembre) y la menor no hacía nada más que hablar de lo cerca que estaba la fecha.

Mientras Olivia estaba en su habitación viendo Bluey, mientras se comía el desayuno que le había preparado su mamá, Osvaldo y Samantha hablaban en la sala.

—¿Compraste el regalo de Olivia? — Preguntó el hombre, mientras se para frente a la rubia, dándole un sorbo a su café.

Su esposa puso una cara de horror, se puso pálida y se pudo ver como toda la sangre de su cabeza abandonó el lugar para irse hacia sus pies.

—mmm... No. — Contestó casi en un murmullo.

Osvaldo la vio con una cara de cansancio, asombro y enojo.

Estaba en camisa de licra negra y en unas pijamas rojas con grinchs estampados, que anoche Olivia le había obligado a ponerse.

—No chingues, Samantha. — Mal dijo, en suspiro de frustración, pasándose una mano por la cara.

En su lugar, Samantha se veía con una mueca de molestia y fastidio, pero al igual con nada de ganas de pelear.

—Si tanto te molesta los hubieras comprado tú. — Demando la mujer.

—Te conozco, Enano. Por eso me encargué de comprar los regalos de tu familia, de la mía y de todos lo demás.

Samy soltó una grande risita.

—Por eso te amo. — Le dijo Samantha, con una sonrisa. Pero Osvaldo no se la devolvió.

—Sí, wey. Todos tienen regalos menos Olivia. — Atacó.

—Pues si, tanta molestia, ¿Por qué no se lo compraste tú? — preguntó Samy, sin levantarse del sillón, con los brazos cruzados.

Osvaldo la miro con reproche.

—Pero te dije que yo se lo compraba y tú me dijiste que tú lo harías. — Le reclamó Osvaldo.

—No es cierto. Sabes que a mi todo se me olvida. — Contraataco la mujer.

—¿Cómo se te va a olvidar? Si es tu hija. — Le reprochó Osvaldo.

Samy lo miro con el entrecejo fruncido.

—También es tu hija. — farfullo. — Y no grites, porque nos puede escuchar. — le advirtió.

Osvaldo suspiró, frustrado.

—Samy, no me digas que no le has comprado nada a la niña. — Dijo, molesto, dejando su taza de café en la mesa para poder regañar a su esposa.

—No tuve tiempo, sabes que hemos tenido hasta la madre de trabajo. No me dio tiempo y lo sabes. — Se defendió, un poco irritada.

Y en realidad era que Samantha sí había buscado tiempo para comprar el regalo de su hija, pero en diciembre tanto ella como Osvaldo estaban ahogados en trabajo, campañas, comerciales y otro tipo de cosas.

Atracción imposible  [Rivers X El Mariana] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora