Atracción imposible [Rivers X El Mariana] ✓

👾 V E I N T I S E I S 👾

Hoy era el primer día en la universidad para Samantha.

No tenía idea de lo que quería, ni siquiera quería seguir estudiando, pero sus papás no permitirían que ser quedara sin una carrera.

Así que agarro lo primero que se le vino a la cabeza, que fue ingeniería Mecatrónica, solo porque su película favorita del mundo era Iron Man.

Así de pérdida estaba.

En cambio, Osvaldo es siempre supo que era lo que quería, entro a la carrera de ciencias computacionales, ya que a él siempre le había gustado mucho todo lo que tenía que ver con computadoras.

Samantha, dudo mucho en entrar también ahí, para estar con Osvaldo, a ella también le gustaban los videojuegos, pero no se le veía estudiando eso.

Así que por eso eligió lo primero que se le vino a la cabeza.

Era la primera vez en toda su vida que entraba a una escuela diferente a la de Osvaldo, desde que eran niños sus mamás siempre los ponían en la misma escuela y estaban en el mismo salón.

Kínder y primaria fue mera coincidencia, pero secundaria y Preparatoria se habían puesto de acuerdo para entrar a a la misma.

Pero esta vez había sido la excepción.

Como siempre, Samy iba a tarde y era el primer día.

Al entrar al salón todos ya estaban sentados y el profesor hablaba.

—¿puedo pasar?— preguntó desde la puerta, apenada.

—Pase señorita.— dijo el profesor y esta le hizo caso.— Esperemos que no se repitan las llegadas tardes, apenas es el primer día, a la otra me verá en la pena de no dejarla entrar.

Samy asintió con la cabeza y sacó sus cosas, la clase transcurrió con mucha normalidad, pero no podía dejar de sentir una mirada sobre su espalda.

Una mirada que le causaba inquietud

RIVERS' S POV.

Me desperté casi al instante en el que cerré los ojos.

No podía dormir, sentía que en cualquier momento me llevarían a Chicago, no quería irme, tenía mi vida echa aquí, no podía dejar a mis papás, a mis hermanos, a mis amigos, mi casa.

No quería irme, pero tristemente no tenía elección.

Se me habían acabado las ideas, me negaba a rendirme tan fácilmente, pero no sabía qué hacer.

Ya no quería llorar, ya había llorado lo suficiente.

Así que me puse a pensar, en todo y en nada a la vez.

De repente la puerta se abrió.

Erick entró con una charola de comida y una botella de agua, ya era otro día, probablemente en un rato más partiríamos.

—Come.— dijo cortante, aventándome el plato.

Se sentó en la silla como de costumbre, a excepción que no despegaba la vista de mí.

—¿Qué me ves?— pregunté a la defensiva.

Su mandíbula estaba tensa y sus cejas demasiado juntas.

—Me dejaste con las ganas, maldita zorra.— mascullo.

—Pues con las ganas ta vas a quedar, porque si permití eso fue para poder escaparme, porque la verdad es que te tengo asco.

Erick no decía nada, me miraba fijamente, sin apartar la mirada.

—Que bueno que el patrón, te va a llevar lejos, porque no soporto verte.