👾 C A T O R C E 👾

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Samy no supo cuánto tiempo estuvo llorando en el pecho de Osvaldo, cuando levantó él la miraba con sus labios fruncidos.

Volvió a abrazar sus piernas y este quedó al lado suyo, dispuesto a escucharla desahogarse.

—No me veas así, estoy horrible— dijo, mientas se sorbía la nariz.

—No pasa nada, Samy, todos tenemos nuestros momentos más vulnerables, no te avergüences de tenerlos.

—Es que ya no sé que hacer, Valdo. Estoy arta, ya no puedo seguir con esto.

—Entonces ya no lo hagas, sé tu misma.

—No puedo ser yo misma, cuando soy yo misma la gente me juzga, la gente me ve raro, habla mal de mí, me critica y huye de mí.

—Entonces la que está mal es la gente, no tú. Si el fútbol, los videojuegos, la ropa holgada es lo que te hace feliz, no dejes que nadie te impida hacerlo, la gente siempre va a hablar y criticar.

—Ya no quiero ser criticada, solo quiero ser yo.

—Pues vuelve a ser tú, al fin de cuentas no morirás por un mal comentario, si tanto te critican es porque te tienen celos, de tu autenticidad. Me duele mucho verte así Samy, esta no eres tú y lo sabes, no eres feliz, que se joda el mundo y vuelve a brillar con tu auténtica luz, como siempre lo has hecho.— Tomo aire, para seguir hablando, Samy lo miraba fijamente— Las personas que de verdad te queremos te vamos a aceptar tal y como eres, no necesitas cambiar para impresionar a los demás, a la única persona que debes impresionar es a ti misma.

—¿Y si me quedo sola?

—Nunca te quedarás sola, porque me tienes a mí y sabes que yo nunca te voy a juzgar. Recuerda que siempre hemos sido tú y yo contra mundo

—¿Mejores amigos por siempre?— levanto Samy su cabeza y le puso a Osvaldo el puño para que lo chocara.

—Mejores amigos por siempre— le chocó el puño de vuelta.

RIVERS' S POV.

La cena en casa de Mariana estaba siendo más entretenida de lo que esperaba.

Cuando terminamos de cenar carne asada, sus tías se pusieron a jugar lotería (Que por cierto, perdí) y sus tíos ya iban un poco borrachos, hacían cosas graciosas que no harían estando sobrios y los niños corrían por todo el patio.

Osvaldo me comentó que aún faltaba una parte de su familia, como lo que eran sus primos mayores, pero que vendrían para la cena de Navidad, que por cierto estaba invitada.

Me encontraba sentada en la mesa con las tías, platicando de cosas de señoras, todas eran un amor.

Osvaldo se iba a donde estaba su papá y sus tíos y de vez en cuando volvía conmigo y en cuanto sus tías se ponían a hablarle como bebé, chulearlo y tocarlo, se ponía rojo de la cara y mejor se iba, yo solo me reía de la situación.

—Samy, ¿Ya no eres novia del de cara de malo?— pregunto la señora Mónica.

Su pregunta me dejo un poco desconcertada.

—habla, de Héctor. No, ya tenemos más de un mes que no andamos.

La señora pareció procesar mi respuesta y sonrió, quería creer que no estaba feliz por mi ruptura.

—¿Y como has estado a raíz de eso?— pregunto.

—Pues, bastante bien, la verdad, mejor de lo que pensé.

—Y dime, ¿Qué tal vas de amores?— pregunto, con una sonrisa, poniendo su mano en su barbilla.

—Pues... hay vamos.— nerviosa fue lo único que conteste.

Atracción imposible  [Rivers X El Mariana] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora