Capítulo 1: El Traje

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Narra Sophie Marthen:

¿Por qué tenía que dejar todo para el último momento?

Llevaba dos semanas sabiendo que aquella noche mi amiga Elisa me había invitado a la exposición de la obra de teatro en la que actuaba, y que, luego habría una especie de fiesta elegante con el resto de sus compañeros de reparto y asistentes al estreno. Sin embargo, no tenía ni idea de qué ropa ponerme.

Primero acudí a mi armario con la esperanza de encontrar algo que me convenciera, por supuesto, me creé ilusiones falsas porque de sobra sabía que no vería lo que buscaba.

Con mucha pereza tomé uno de mis pantalones anchos con goma en la cintura, una camiseta blanca oversize, una gorra y mis converse a las que les hacía falta una buena limpieza.

El camino en carro hasta el área de las tiendas no se me hizo demasiado pesado, pero el tener que entrar en cada una de ellas buscando algo que me llamara la atención se me hacía casi exasperante.

Normalmente no me preocuparía tanto porqué vestir, pero el hecho de que tuviera que ir de etiqueta y que fuera un día tan importante para mi amiga me exigía esmerarme en ello.

Había comenzado a perder cualquier ápice esperanza, me maldije por no haberme puesto a buscar mucho antes, y decidí entrar en la última tienda que me quedaba por mirar de aquella zona. A unas malas ya buscaría la forma de apañármelas con lo que tenía en casa, aunque me autodecepcionase el ir de nuevo con el mismo traje que me ponía en todos los eventos.

- ¿Puedo ayudarte en algo?- Preguntó una chica morena que llevaba el pelo recogido, y el uniforme negro de la tienda. Sentí que me estaba juzgando con su mirada, y su tono de voz no sonaba demasiado cálido.

- Buscaba algún traje para eventos.

- No tenemos, y menos de mujer.- Contestó con sequedad en una clara invitación a que me fuera.

- En realidad, si que hay. - Interrumpió la voz amable de una de las chicas más guapas que había visto en mi vida, su cabello negro caía en cascada por debajo de sus hombros formando una serie de ondas, sus ojos verdes resaltaban sobre el peto negro que llevaba, y la intensidad de su mirada casi me hizo desfallecer.- Los puse yo en las perchas, igual por eso mi compañera no los vio.- Excusó con una linda sonrisa, aunque ambas sabíamos que la otra trabajadora conocía de sobra esa información.- Si gustas puedo enseñarte los que tenemos.

No esperó respuesta, simplemente comenzó a caminar con la seguridad de que la seguiría, y efectivamente, antes de pensarlo si quiera, eso hice. Aun sentía la mueca que la otra dependienta hizo al pasar por su lado.

La chica que me estaba atendiendo me miró con una sonrisa sincera mientras me señalaba la zona en la que estaban los trajes.

- Muchas gracias.- Le dije con algo de nerviosismo en la voz ante su atenta mirada, me estaba escaneando de arriba a bajo, no sabía decir muy bien porqué, pero me aliviaba que no parecía estar juzgándome.

- ¿Para qué tipo de evento es el traje?

- Oh es para ir a una obra de teatro y una especie de fiesta que se hace después. - Respondí, mientras me dirigí a una de las pechas fingiendo analizar la ropa. En realidad en aquel momento, no tenía ni idea ni de qué color era la ropa que tenía entre mis manos.

- En tal caso, ¿me permites una sugerencia?- Volvió a preguntarme, había estado evitando mirarla pero tuve que volver a dirigir mi vista a sus ojos para responderle.

- Claro. - Respondí, viendo cómo su cara pareció iluminarse.

- Creo que este te quedaría bastante bien, hace juego con el azul de tus ojos, y tu cabello rubio platino resaltará con el plateado de las lunas que lleva grabadas. - Expuso mostrándome un traje precioso, era azul oscuro con lunas plateadas pegadas a lo largo del mismo. Además, la chaqueta no era de botones, sino que quedaba por encima de mi cadera en un cruce que se abrochaba hacía atrás.

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