Capítulo 21: Arcilla

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Narra Audrey Blair:

El momento del maquillaje era uno de los momentos que más disfrutaba antes de salir a algún sitio.

Tener puestas canciones en aleatorio, mientras te encuentras con tu imagen frente al espejo y te encargas de destacar esas facciones que más resaltan de ti misma, era simplemente sensacional.

- Entonces, ¿vas a querer que te ayude con el glitter?.- Escuché la voz de Sophie a mi lado, nuestras miradas se encontraron a través del espejo, y durante unos segundos me perdí en el bonito color azul de sus ojos.

- Claro.- Respondí con una sonrisa.

La rubia aprovechaba los momentos que podía para venir a verme, me informaba sobre sus avances en nuestra pequeña investigación, nos contaba las estrategias que tenían para parar las movilizaciones, e incluso, se había comenzado a llevar mucho mejor con Kai, quiénes habían comenzado hasta a ver partidos juntos en alguna ocasión .

Sin embargo, no podía evitar tener miedo de que la pillaran o que Celeste supiera por Noelia que Soph ya sabía lo de sus jueguitos.

- ¿De qué color vas a querer?.- Preguntó, enseñándome los que tenía.

- El plateado me gusta.- Señalé.

Desde aquél día en la playa nos habíamos ido volviendo más cercanas, amaba los momentos a su lado, lo cual me inquietaba porque no solía sentirme tan cómoda con las personas.

- Cierra los ojos.- Me indicó poniéndose frente a mi.

Abrí mis piernas para que pudiera hacerse lugar entre ellas y le fuera más cómodo aplicarme el glitter en los párpados. Notaba su aliento sobre la piel de mis mejillas, mientras su pelo color platino acariciaba la piel de mi cuello poniéndome nerviosa.

Aquella tarde me había dicho que me llevaría a un lugar especial que me gustaría, y pese a que me comentó que llevara ropa cómoda, ambas disfrutábamos del momento en el que nos maquillábamos y ayudábamos a la otra en su misma tarea. Por lo que, llevaría un sencillo crop top color grisáceo con unos jeans negros, pero destacaríamos con el make up.

- Espera unos segundos a que se seque.- Dijo mientras notaba como soplaba suavemente.

Su mano se encontraba apoyada en mi pierna, y me sorprendía como a pesar de la tela, una especie de cosquilleo me recorría con el toque inocente de su mano por mi muslo para apoyarse y poder ver bien la obra que estaba haciéndome.

Sabía que no debía, especialmente porque habíamos quedado en ser amigas, pero quería ponerla nerviosa también a ella, por el estado en el que me tenía con su mano en mi muslo y su cabello, con olor a jazmín por el champú, cayendo por mi piel. Relamí mis labios, mordiendo con sutileza el labio inferior en un gesto inocente en el que dejé asomar la punta de mi lengua.

Igual era demasiado obstinado de mi parte, porque tenía los ojos cerrados, pero notaba su mirada fija en mis labios.

- ¿Puedo abrirlos ya?.- Pregunté en un susurro, sabiendo que aun estaría cerca.

Escuché su respiración algo más pesada, y seguidamente se aclaró la voz.

- Si.- Comentó.

El momento en el que volví a abrir los ojos, me encontré con sus bonitas orbes azules de frente, y casi me derretí allí mismo perdiéndome en ellos. Estábamos demasiado cerca, mi corazón latía a un ritmo acelerado, mientras la tensión se notaba en el propio ambiente.

- Estás preciosa.- Halagó sin dejar de mirarme.

- Tengo a la mejor maquilladora. - Respondí alucinando por la cantidad de veces que me hacía sonreír tontamente esta chica.

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