Capítulo 28: Encrucijada

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Narra Audrey Blair:

Me sentí mal por haber dejado a Sophie despertar sola después de la noche anterior.

Pero cuando todo acabara, me aseguraría de disfrutar de nuestro despertar juntas todas las mañanas durante el tiempo que ella me permitiera estar a su lado.

- ¿Estás preparada?.- Me preguntó Lily.

- ¿Acaso alguna vez se está?.

- He pasado siglos escuchando todos vuestros gritos en mi cabeza, y ahora es como si todos ellos me guiaran. -Solo una persona que había sufrido comprendería el significado de esa frase. Estábamos todas allí, dirigiéndonos al edificio por la niña que alguna vez fuimos, por la persona que actualmente éramos, por quien esperábamos ser, y por todas las que tendrían que vivir esa vida.

-  Dejemos pues que sea la rabia la que hable.- En momentos como aquel, lo más racional era dejar salir el dolor, permitir que su lenguaje se manifestara en cada una de la manera que quisiera. Bien desde la misericordia, o desde la venganza.

Yo no tenía tiempo para tener piedad, necesitaba poder descansar en paz sin miedo de volver a sentir su respiración cerca.

Sin miedo, entramos en el edificio, y la guerra estalló.

- ¿Dónde crees que la podrían tener?.- Pregunté a Lily, mientras derribaba a dos tipos que se acercaban.

- Puedes hacer que nos lo digan ellos mismos, cuando lleguemos al líder.

- Pero, ¿y si no soy capaz?.- Pregunté insegura.

No pude impedir que matara a Kenneth, ¿cómo conseguiría que me revelara dónde está Eve?.

- Ese es tu error. - Dijo la más alta deteniendo el paso, y poniéndose frente a mi.- Eres una Blair, tu fuerza es mayor que la de cualquiera, la debilidad te la creas tú misma con tus miedos. - Cuando me envolvió entre sus brazos se fue extraño, sentí una especie de calidez materna en ella. - Deja de contenerte, eres una gran persona Audrey, la envidia ha hecho que hayan tratado de hacerte sentir un monstruo por tu propia habilidad interna. Pero tu don es un regalo, y se te otorgó a ti conociendo tu nobleza. Cuando dejes de luchar contra ti misma, será cuando consigas vencerle.

- Gracias.- Susurré, esas palabras me hicieron recuperar la confianza con la que había entrado en aquel lugar.

Entramos en el salón de reuniones, donde se encontraban convocados los altos mandos.

- Quietos, que nadie se mueva.- Ordené con fuerza.

- Oh, querida pasa. - Escuché esa asquerosa voz, fuente de mis mayores temores.

- No dejes que te intimide. Buscará la forma de herirte, no le dejes.- Escuché que susurró mi compañera.

- De rodillas.- Dije, viendo como todos caían al suelo de rodillas a pesar de su resistencia.

- Así era como te solíamos tener, ¿no es cierto, Pablo?.- Miré a mi derecha, Álvaro no era el único allí que me había arrebatado mi infancia. - ¿Viniste a por más?¿Es que echabas de menos cómo te llenábamos por completo?.

- Por lo que parece, no soy yo quien no lo supera.- Respondí con calma, riéndome con ironía.

Trataba de que no me afectara, me concentré en los consejos de Lily, pero estaba resultando complicado.

- Se llama ser caballero, uno nunca olvida con quienes se acuesta.

- A quienes viola, querrás decir.- Corregí, acercándome hacia donde se encontraba.

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