Narra Sophie Marthen:
Existían personas con una fuerza interior inquebrantable.
Entre ellas, no me cabía duda de que estaban las dos mujeres que tenía al frente organizando el plan de ataque ataque.
Ambas chocaban en algunos aspectos, pero parecían comprenderse demasiado bien.
- Pásame esa daga de ahí.- Me ordenó la pelinegra, mientras le explicaba a una chica más joven cómo eran los movimientos.
- A sus órdenes.- Respondí divertida, me gustaba cuando se ponía en ese plan autoritario, disponiendo de todo a su antojo. Igual sonaba raro pero había algo ardiente en ver cómo dominaba lo que quería.
En esa última semana habían sucedido demasiadas cosas. Tuvimos que detener a Lily de hacer algo estúpido en reiteradas ocasiones, y concluimos que al día siguiente iríamos al lugar donde la más mayor nos había indicado que se solían reunir los del Triángulo de Eiden.
- ¿Confías en que creerán la carta de convocatoria a la reunión?.- Pregunté a Audrey una vez estuvimos solas, tras un largo día de entrenamiento.
- Por supuesto que si, la convocatoria es real. Hice que uno de ellos la notificara de urgencia. - Quitando los temas morales, su habilidad resultaba bastante ventajosa en la realidad.
Cuando no puede fiarte de nadie, la mejor forma de asegurarte que alguien haga lo que necesitas es a través de ponerlo bajo tu control. Pero eso no era algo que te enorgulleciera luego, y sabía que en el fondo la chica que tenía frente a mi sufría por tener que hacer eso.
- Mañana encontraremos a Eve, y todo acabará con quienes comenzaron.- Dije segura, entrelazando mis dedos con los suyos.
- Haremos desaparecer el poder de los Hijos de Eiden, podemos construir algo mejor para todos.- Susurró con una de sus bonitas sonrisas.
Nos estábamos dando palabras de aliento que ambas necesitábamos oír. Nadie podía saber como terminaría todo aquello, pero con el apoyo del nuevo Cónclave de Trevils, teniendo a Lily de nuestra parte, y nuestros poderes, todo prometía que podía salir bien, era nuestra oportunidad.
- ¿Qué harás cuando lo tengas de frente?.- Pregunté acariciando su mejilla.
- Todavía no lo sé.- Reconoció mirándome con sus grandes ojos verdes. - Son muchas las veces que he imaginado el momento, y después de que la última vez que lo vi me arrebató a Kenneth, no sé cómo reaccionaré.
- Estaré a tu lado hagas lo que hagas.- Dije segura besando su frente.
No sabía en qué momento me había visto envuelta en todo aquello. Y jamás me imaginé que podría insinuar algo así, pero cuando te encuentras en una situación de tu o yo, comprendo que puede ser justificación suficiente como para hacer lo que sea.
Él dormía plácidamente cada noche mientras que, ella aun se despertaba con pesadillas sintiendo la asquerosa yema de sus dedos acariciarla, ahorcarla y tomarla de todas las formas.
- Ese es el problema.- Confesó acercándose más a mi.- No quiero que veas esa parte de mi, ni tampoco que te expongas al peligro.
- No habría nada en ti que pudiera asustarme.- Afirmé segura dejando un corto beso en sus labios.- y el peligro es algo frente a lo que vamos a estar todos.
- Pero no lo entiendes. Si él te hiciera algo, yo...- Escuché como se le quebraba la voz.- No puedo perderte, no a ti.
- Y nada de eso va a pasar.- Traté de otorgarle seguridad. - Sabes que iré contigo, no puedes impedírmelo.
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Llegar a ti
RomansaSophie Marthen creía conocer quién era, hasta que se cruzó con ella. Ninguna sabía cómo sus vidas cambiarían al encontrarse, lo que sí estaba claro, es que, siempre hallaban la manera de llegar a la otra para desordenarlo todo.