Capítulo 8: Tequila

565 58 15
                                    

Narra Audrey Blair: 

Hacía ya mucho tiempo que me había acostumbrado a tenerlo todo bajo control, a poder anticiparme a lo siguiente que haría cada persona, y a tener una programación automática de reacción en base al comportamiento esperado de los otros. 

Me gustaba la sensación de seguridad que todo ello me otorgaba, me ayudaba a planear qué papel adoptaría yo a continuación, y cualquier cosa que hacía no era porque sí, sino porque lo tenía fríamente calculado de antes. 

Todo esto se me vino abajo cuando la conocí. 

A su alrededor nunca conseguía saber qué sería lo que haría a continuación, se suponía que había planeado alejarme de ella por su propio bien, y a los cuatro días me sorprendía a mí misma yendo a buscarla y besándola, y de qué manera, aun sentía el beso incendiar cada parte de mí. 

Odiaba el sentimiento de inseguridad que todo ello me provocaba, pero, me sentía atraída por esa parte de mí que salía a la superficie cuando estaba con ella. Una especie de aliento parecía colarse en mi consiguiendo hacerme sentir cada segundo un poquito más viva a medida me dejaba llevar sorprendiéndome a mí misma. 

- ¿Cómo está mi supervillana favorita? - Escuché la voz del que era como un hermano para mí. - Oh pero mírate, estás tremenda, ¿vas a salir?- Preguntó el moreno con la alegría que siempre le caracterizaba. 

- De hecho, tú vendrás conmigo.- Hablé con seguridad metiendo mi pintalabios y perfume en el bolso. 

Me lo había encontrado de frente justo al abrir la puerta de mi casa. 

- Acabo de llegar de un viaje, no me hagas esto.- Se quejó. 

- Sólo es un bar de copas, así me cuentas cómo ha ido todo. - Conté seis segundos en mi mente antes de que dijera lo que a continuación pronunció.

- Está bien.- Suspiró rendido, pero el momento de hacerse el cansado le duró un par de segundos porque cuando pusimos música en el coche empezó a cantar emocionado montándose un karaoke y tomando mi bolso como micrófono. 

- Siento cortar el espectáculo, pero llegamos. - Comenté quitando las llaves del motor y bajando del coche. 

Al entrar era imposible que no llamáramos la atención, mi top de red de brillo plateado pareció brillar aun más ante las luces del local, y el outfit azul eléctrico de mi amigo resaltaba a metros de distancia. Inmediatamente sentimos más de una mirada sobre nosotros, pero yo sólo me centré en una de bonitos ojos azules que fue la que me avisó que esta noche vendría con amigas y le encantaría verme. 

Cuando por la mañana nos despertamos entumecidas en sofá, preparé un desayuno improvisado y ella me comunicó que debía irse, pero que le gustaría volver a verme pronto. 

Por supuesto, al contrario de todo juicio, como estaba haciendo desde que la conocía, me tuvo yendo a donde me dijo, y me vi ignorando a todas las chicas lindas que estaban comiéndome con la mirada para fijarme en lo que resaltaba su cabello platino con las luces. 

Me dirigí a la barra con mi amigo, ya había ido hacía allí ahora esperaba a que se acercara ella. Sin embargo, ella me miraba confundida, seguramente creería erróneamente que iba a ser yo la primera en acercarme. 

No amor no, ya demasiado que me tenías yendo a donde tú ibas. 

Estuvimos un buen rato lanzándonos miradas nada discretas mientras seguíamos en nuestras propias conversaciones. 

- También te está mirando.- Susurró mi amigo dándose cuenta del juego de miradas en el que ambas nos hallábamos. 

- Lo sé, estoy esperando a que venga.- Comenté dando el último sorbo a mi copa. 

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora