Narra Sophie Marthen:
En un momento, tenía un cuchillo apretándome la garganta, y al otro, Audrey había condenado a todo el planeta por salvarme.
¿Cómo pudo haber hecho eso?
Acaba de convertirse en la villana.
Siempre había luchado por tratar de hacer un mundo mejor para todas, y ahora iba a destruir cualquier tipo de avance.
- Al suelo. - Me chilló Kai nada más llegué a su lado.
No comprendí lo que me quería decir, todo pasó demasiado rápido.
Audrey llegó a la altura de Eiden, su amigo me empujó alejándome con fuerza, sentí el fornido cuerpo de él abrazarme, y de pronto, todo estalló por los aires.
La zona donde se encontraban Eiden, Audrey, la madre de Celeste y otros adeptos tanto al cónclave como al Triángulo, quedó completamente arrasada por una explosión.
Todo pareció paralizarse por unos segundos.
Un fuerte pitido resonaba de forma incesante en mis oídos, a medida que abría los ojos intentando incorporarme.
Lo primero que vi, fue a Kai con uno de los botones de las granadas que habíamos preparado para el ataque. Acto seguido, busqué con la mirada a la ojiverde, y todo en mí se aceleró de golpe al ver que no había rastro suyo por ninguna parte. Más bien, la granada había explotado en ella.
Audrey lo sabía, la mirada que le dio a Kai antes de firmar, cómo quería alejarme de su área cercana... Sabía que ese iba a ser su final.
La ojiverde estaba muerta.
Ni siquiera había quedado su cuerpo para venerar.Cada parte de mi pareció romperse a medida que iba procesando toda esa información.
Un dolor asfixiante se instalaba en mi pecho. Mientras sentía el aire como insuficiente para respirar. Era cómo si de pronto, toda la gravedad que me sostenía hubiese desaparecido, dejándome orbitar sin rumbo flotando en medio de una nada sin sentido.
Audrey Blair, la pelinegra engreída que consiguió conquistarme desde el primer día, la persona con el corazón más bonito que conocía, la chica que siempre me hacía reír, y, la mujer que amaba estaba muerta.
Se había hecho explotar una granada por salvarme a mi.
¿Cómo se suponía que iba a asumir que ya no iba a volverla a ver?.
No podría volver a encontrarme con esos bonitos ojos verdes que recordaban al espesor de un bosque salvaje. ¿Cuándo había sido la última vez que escuché su risa?. Ella se había ido, me la habían arrebatado de un plumazo, ni siquiera pude decirle adiós, no la había besado en todo el día, y lo último que había hecho era mirarla con decepción.
- ¿Por qué?- Pregunté a Kai con los ojos llenos de lágrimas.
El chico alto también estaba destrozado, él había presionado el botón que mató a su mejor amiga.
- Ella me lo pidió. - Dijo con voz desgarradora.- Perderte a ti jamás fue su opción, y no iba a permitir que su poder arruinara todo lo conseguido. Prefería morir antes de convertirse en lo que tanto había temido.
- Pero ella... no, no, tiene que estar en alguna parte. Dejó la granada y... - Hablé apresuradamente negándome a querer afrontar la realidad, me acerqué a la montaña de humo en la que solo había cenizas.
Con una desesperación carente de toda cordura, tomaba la ceniza entre mis manos. Su cuerpo estaba allí, convertido en esas cenizas, en las cuales se habían mezclado todos los materiales de esa zona de la sala, así como los cuerpos del resto de miserables que estaban cerca suya.
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Llegar a ti
RomansaSophie Marthen creía conocer quién era, hasta que se cruzó con ella. Ninguna sabía cómo sus vidas cambiarían al encontrarse, lo que sí estaba claro, es que, siempre hallaban la manera de llegar a la otra para desordenarlo todo.