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Christian.


Tener un novio que trabaja es bueno, pero tener citas para salir durante el día es un gran problema. En casa, Jonathan solo llega demasiado tarde o a la hora de la cena, la mayoría de las veces ya es tarde y solo siento como se acuesta a mi lado mientras me abraza. Mi cansancio es mucho y solo me acomodo junto a él, en la mañana despierto y él ya está tomando su café, mientras esa tableta esta pegada a sus manos, tiene ese traje a la medida que le queda fabuloso, tan sexy e imponente.

Claro que no me despierta, sabe que amo dormir y que nadie me debe despertar, aún si fuera él, me gusta despertar por mí mismo y a la alarma se lo paso pues ya voy tarde a un lugar, pero ya que.

– Buenos días, mi amor – me dice sin dejar de ver su tableta, debe ser muy importante.

– Buenos días – regrese el saludo, de paso a la cocina le di un piquito en los labios, pase para ir a la cocina y hacerme algo de desayuno.

– Recuerda que tienes una sesión la próxima semana, será algo tarde pero así lo quiso la empresa – me recordó.

Hace algunas semanas vi que mi mánager y Jonathan se llevaban bien, mi mánager le decía que eventos y trabajos tenían para futuro, contratos y empresas que querían un modelo. Jonathan quería que me superara, estuviera en la cima y me recomendó ser un actor. No lo había pensado pero la idea me emocionaba.

– Si, me mandó mensaje Manuel para recordarme que tengo la tarde un poco ocupada, hoy inicia la sesión de fotos y la próxima semana será en otra área, creo que en un jardín o algo así – dije dándole un sorbo a mi café, muy dulce.

– ...Eso no me lo dijo – dijo en voz baja y se escuchaba molesto.

– ¿Disculpa? – pregunté, ¿Tenía que decirle todo mi mánager a Jonathan?

– Debo irme, tengo una junta temprano – se levantó.

Ignorando mi pregunta, me tomo de la cintura pegándome a él y besándome con hambre, su lengua suave y con sabor a café pasaba por mi boca. Disfrutando de sus manos acariciando mi cuerpo, esas manos grandes y ásperas por el ejercicio que hacía, era tan delicioso. Solo provocando que quisiera más de él, un hambre que me provocaba mi novio.

– Te veo en la noche, mi amor – se separó, dejándome jadeando y con mi corazón latiendo muy rápido, solo asentí queriendo más e hipnotizado de su mirada azul, beso mi nariz y mi frente dejándome ahí. Tomando su tableta y maletín para irse, solté un suspiro y toqué mis labios.

Me levanté de la mesa después de comer mi desayuno, había pedido permiso en la universidad, me dieron dos días y hablé con los maestros por mi ausencia. Tome los trastes sucios para lavarlos y escuche que tocaban la puerta, ¿Se le habrá olvidado algo? Me acomode mejor mis ropas, subiendo más mi short para que se vieran más mis piernas porque sé que adora mis piernas.

– ¿Se te olvidó algo...? – abrí la puerta y ahí estaba mi mamá junto a ella estaba mi papá.

– ¡Mi amor! – me abrazo. – ¡Mi niño hermoso! Te extrañé tanto mi vida – me abrazaba entre sus brazos y solo sentía la sangre irse a mis pies. – Traje tantos regalos, vamos, para que te los midas.

– ¡Ma-mamá! Hola – dije temeroso, mi padre me abrazo. – Entren por favor – pedí, haciéndome a un lado, ellos entraron y me asomé hacia el pasillo ¿No se toparon con Jhon? ¡Oh dios! ¿Qué tal si se vieron? – ¿Qué tal estuvo el viaje? – pregunté cerrando la puerta, mi padre negó, creo que no debí preguntar.

You and Me. (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora