You and Me. (Gay/Yaoi)

35.

(Algo largo, como la versh de los semes de esta historia :v)

Elliot.

Mis padres y mis tíos, querían pasar las fiestas de fin de año juntos, y que mejor lugar que en las montañas, donde me dijeron que el tío David tenía una cabaña casi cerca del bosque, estaba nevando y llegamos cerca de hace media hora al aeropuerto, más las dos horas en auto, escuchando las conversaciones de mis padres.

 Mi tío Joe no podía venir así que menos vendría mi tío Dani, hace meses que no veo a Richard pero dijeron que nos acompañarían a finales del año, mis abuelos tenían otros planes, pero igual vendrían a finales de año, todos juntos y creo que vendrá la hermana de mi tío Dani.

Mi Mí siempre haciéndome reír por las cosas que dice o por cosas que le pasaron en el trabajo, no se calla las cosas y siempre dice lo que piensa, muchas personas se guardan todo lo que piensan, pero mi Mí siempre suelta la bomba y que dios te bendiga porque te dolerá.

– ¿Le mandaste mensaje a la secretaria de Natalia de que no estaríamos dos semanas? – pregunto mi padre.

– Hasta crees que le voy a hablar a esa garrapata, ya la vería viniendo hasta acá para arruinarme las fiestas – mi padre negó.

– ¿Todavía no perdonas lo que hizo? – mi padre siempre mirando la carretera.

– ¿Qué paso? ¿Te hizo algo? – pregunte, solo se cosas malas porque mi Mí siempre cuando sale ella en la conversación -que solo es de negocios- se enoja.

– Ya sabes mi amor, siempre queriendo meterse conmigo, ¿Yo que culpa tengo de tener una familia increíble y ella no? – contesto siendo dramático, ese es mi Mí, sonreí. – ¿Sabes que hizo esta vez?

– No, por eso pregunto.

– Elliot, no me interrumpas – me regaño, suspire. – Y no suspires así, siento feo... Aquí – dijo tocando su pecho, dios. – ¿En qué me quede? ¡Cierto! La garrapata, pues... Una vez mi marido... O sea, tu padre se quedó unas horas más y me dijo que ordenara algo de comida, aproveche para limpiar la casa... Que, por cierto, había un chiquero y pues... Llego tu papá, me saludo cuando llego a la casa y vi algo inusual, su camisa tenía una mancha roja, en el cuello.

Abrí los ojos, ¿En serio mi padre se abra metiendo con ella? No, no lo creo... Pero, como tendría esa mancha en su camisa, la duda que más tengo ¿Qué hizo mi Mí al ver esa mancha?

– Pero... sabía que algo había detrás de todo eso, mi Alan es un amor, no tiene ojos para nadie más.

– Concuerdo – dijo mi padre, haciendo que mi Mí acariciara su mano y le sonriera.

– No le grite ni nada... Pero queme esa camisa, aunque me gustaba mucho, le quedaba perfecta a tu padre – Oh. – Lo deje pasar, pero le dije a Betty, la secretaria de Alan que, si la garrapata volvía a la oficina de marido, me lo notificara.

– ¿Metiste a Betty en esto? – pregunto mi papá y mi Mí asintió.

– Cuando me dijo que la vieja esa sin decirle que tenía cita con él, pasando como si fuera su casa a la oficina de mi marido, me levante y baje a su oficina, salude a Betty y cuando entro veo que ella está muy cerca de Alan y puso su dedo en su camisa, manchándolo de rojo, sabía que había hecho la vez anterior.

Nos detuvimos a ponerle gasolina a la camioneta y mi padre se bajó para ir a la tienda por pastelillos y café.

– ¿Qué paso después? – pregunte.