20.

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Gael.


La alarma empezó a sonar, me estire para apagarla, pensé que Alan la apagaría o sentiría sus brazos en mi cintura pero no, cuando apague la alarma, abrí los ojos y no estaba junto a mí, me extraño porque siempre nos tomamos veinte minutos para darnos amor, es muy extraño, me senté en la cama, solo tenía puestos unos bóxers, a mi edad estoy pasado de peso pero sigo siendo sensual para Alan, eso es lo importante.

Me fui a dar un baño, solo me quite los bóxers y los puse en el cesto, abrí la reja del baño y me adentre, deje que el agua caliente recorría mi cuerpo, se sentía muy bien pero se sentía extraño, siempre me baño con Alan pero esta vez no.

Cuando salí, me secaba el cabello, busque mi traje para ir a trabajar, uno azul oscuro, mi camisa celeste, mi corbata blanca con líneas plateadas, mis zapatos, busque unos bóxers y me los coloque, después me puse mi ropa.

Me acomode el cabello, está más corto que antes, ya no soy tan joven y debo dar una impresión de carácter fuerte en mi trabajo, aunque en el fondo no lo soy, me perfume y me vi en el espejo, tome mis lentes que estaba en la mesa de noche, me los coloque.

Salí del cuarto y baje las escaleras, ahí estaba Alan desayunando y Elliot se preparaba su almuerzo, sonreí.

– Buenos días – salude y bese la frente de Alan, me adentre a la cocina y prepare café, aunque no me despierte, me da más sueño.

– Hola Mí – ya es costumbre que me diga así, me abrazo. – Feliz cumpleaños Mí, muchas felicidades – lo abrace, sentía mucha felicidad y mis lágrimas en mis ojos. – Eres el mejor Mí, te amo mucho.

– Gracias mi bebé – suspire tratando de no llorar.

Prepare mi café y traje conmigo muchas galletas, para mojarlas en el café, me senté en la mesa y Alan seguía leyendo el periódico, no me había visto desde hace un rato, Elliot se sentó en la mesa.

– Ya que estamos los tres juntos – hable. – Que tal si salimos hoy, para celebrar mi cumpleaños – sugerí.

– No puedo – dijo Alan

¿No puede? ¿Escuche bien? ¿Alan se golpeó la cabeza cuando despertó...? Si fuera el Alan que yo conozco me diría: ¡Que buena idea! Me apresurare en terminar el trabajo antes para salir... Pero no.

– Tengo trabajo pendiente de ayer, además que tengo una junta – dijo.

– Yo tampoco puedo Mí... Ya vienen las competencias de futbol, tenemos que entrenar muy duro – esta vez sí que me sorprendí.

– Bueno... Entonces, hagan lo que quieran – me levante de la mesa muy enojado, ni termine de comer a gusto por el coraje.

– Mí, no te enojes – venía detrás de mí.

– Estaré ocupado... Tengo un viaje en tres días, nos vemos – tome mis cosas y salí de ahí.

Ni vino detrás de mí Alan diciéndome que cuando le dije de ese viaje... ¿No era el que me decía no aceptara ningún viaje? ¡Que me extrañaba! ¡Nada me dijo!

Avente todo al auto, lo encendí y me fui muy rápido de ahí, escuchando lo rápido que iba, estaba muy, muy, muy molesto. Prefieren hacer sus cosas que pasar mi cumpleaños conmigo, era lo único que pedía, estar con las personas que amo...

Después de la muerte de mi madre y mi padre, mi madre falleció por cáncer, lucho demasiado para salir adelante, siempre cuando iba a verla tenía ese pañuelo de flores muy llamativas en su cabeza, con una sonrisa en su rostro cuando, diciendo que estaba bien, conteniéndose todo y animando a los demás, tuvo a los mejores doctores pero el cáncer en la sangre la venció, llore mucho, eso fue hace cinco años, después de dos años que mi padre estuvo deprimido, falleció, no fue el mismo desde la partida de mi madre.

You and Me. (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora