5.

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Christian.


– Tengamos sexo de reconciliación – propuso, solo hizo que mi corazón latiera más rápido y mis mejillas se sintieran calientes.


Me había seguido, ¿Por qué mierdas me metí yo solo a esta habitación? He visto muchas películas de terror, donde el principal cuando se queda solo siempre lo asustan o lo matan, ¿Por qué a mí? ¡Nunca aprenderé!

Cuando lo vi, ni me había dado cuenta donde estaba el tipo con el que estaba bailando, solo sentí cuando me tocaba más confiado ahí si quería ponerle un alto, pero cuando me voltee vi el rostro de John, estaba tan cambiado y más alto que antes, tan apuesto y esos ojos azules más brillantes que nunca.


Tiempo actual, estaba en una habitación donde muchos venían a tener sexo con sus polvos, cuando vi atrás, John me seguía y le ponía seguro a la puerta, ese miedo me invadió y me excitaba, pero ¿Por qué rayos me excito?

– Eres un imbécil – fue lo único que salió de mí, me iba a ir pero sostuvo mi mano y me acorralo contra la pared.

– Sé muy bien que quieres... – estábamos tan cerca que respirábamos el mismo aire. – Lo veo en tus ojos, más en esas mejillas sonrojadas.

– E-es porque estas muy cerca – trataba de empujarlo pero no podía, es más grande y fuerte.

– Sé que me deseas y yo te deseo más que nada – abrí mis ojos al igual que mi boca.

– Mald... Nhm... – me beso, no quería, el me lastimo y ahora viene a decirme esto, no podía separarme de él, esos labios que deseé siempre, ahora los podía saborear y tocar otra vez.

Tan cálido como la primera vez que me beso, ese recuerdo cuando me dio mi primer beso cuando éramos niños. Mis manos las tenían sujetas con una mano suya, estaban arriba de cabeza y quería que me soltara pero más fuerte era su agarre, lamió mi labio inferior y con mucha timidez abrí mi boca, sintiendo con su lengua recorría cada rincón de mi boca con desesperación, al final sometió mi lengua, ¿Porque hace esto otra vez?

Me soltó pensando en que me había sometido, muy mal, lo empuje con todas mis fuerzas, me sentía feliz, triste y enojado, eran muchas sensaciones pero la alegría que sentía me hacía sentir más rabia que nunca conmigo mismo.

– ¡No vuelvas a besarme! – grite furioso, no se lo creyó, solo me sonreía y una risita se escuchó de su parte.

– Te gusto – dijo burlón.

– ¡Claro que no! – se volvió a acercar y esta vez mi cuerpo no reacciono.

– ¿A no? – me acaricio mi mejilla e iba bajando, tocando mi cuello y sintiendo arder mi piel, bajo a mi torso, bajando cada vez más hasta llegar a mi miembro, lo toco y un gemido salió accidentalmente de mi boca. – Yo creo que sí.

Susurro en mi oído, ¿Porque mierdas me sigue tocando? Lo peor de todo es que recuerda los lugares que me vuelven loco, empezó a masajearlo entre mi jeans, sintiendo muy incómodo con la ropa.

– N-no... No sigas – trate de decir y no gemir.

– Todo este tiempo, desde que te dije que no usaras ropa interior – ¡Mierda! – Y la sigues sin usar...

– F-fue... Incómodo, ya estoy... Acostumbrado.

Escuche una risa de su parte, metió su mano dentro de mi pantalón, empezó a masturbarme y jadeaba más, las sensaciones que sentía revivían, esos momentos cuando estábamos juntos. Lo peor es que me volvió a besar, sabe que me gustaba que fuera rudo conmigo, sentía sus dientes en mi labio, mordiéndolo hasta hacerme sangrar y gemía por ese dolor y placer que sentía.

You and Me. (Gay/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora