You and Me. (Gay/Yaoi)

45.

 

Joshua.

Me llamaron a la dirección, así que iba a ir solo, pero lo pensé y que mejor que llevar a mi mejor amiga la escandalosa y mi casi novio. Iba a estar con Elliot y por ahora estábamos en el proceso de "salir y coquetearnos", aunque no hemos salido, pero ya estábamos en eso... creo.

Alondra me seguía y como habían actualizado un manhwa, ahora lo estaba leyéndolo, la tenía que agarrar de la mano para que me siguiera y no se golpeara en el camino, íbamos por Elliot que tenía clases. Llegué a la puerta y toque, la abrí y estaban dando clases.

– Buenos días maestro, lo siento por interrumpir pero el director solicita la presencia de Elliot Robinson en la dirección – hable tan profesional y amable, sonreí.

– ¿Tiene la solicitud? – asentí, pasé y se la entregué.

Elliot me veía con dudas de porque le hablaban en la dirección y es gracias a Alondra por falsificar el documento, me dijo que hace años la metieron a clases de pintura y ahora es muy buena falsificando firmas. No se ha cuantos cursos la metieron para que aprendiera y no se quedara sola pero gracias a eso sabe demasiado, es lo mejor y aunque sea mi amiga le doy un buen pago por su ayuda.

– Robinson, a la dirección – dijo después de mirar el documento.

– Gracias maestro, permiso – me despedí y esperé en la puerta a Elliot.

– ¿En la dirección? – pregunto y tome su mano entrelazándola, mi gigante se dejó y me seguía, muy obediente.

– No es nada malo, Elliot – comenté, agarrando a los dos de la mano entrelazándolas con mis manos. – Necesito tu presencia.

– ¿Paso algo? – pregunto, ambos siguiéndome.

– Si, y más tarde celebraremos – le sonreí y le guiñé el ojo, su mano apretó la mía y sentí como me acariciaba con sus dedos.

– ¿Es por qué es viernes? – pregunto, es lindo su coqueteo, pensé.

– Sí y no.

Bajamos las escaleras y salimos del edificio, después fuimos al edificio donde estaba la oficina del director, mi padre me llamo y me dijo que estaba todo listo, solo sonreí en satisfacción y hoy le diría todo a Gael. Solo imaginaba la sonrisa de satisfacción del proceso de la dulce venganza, la risa que le daría al decirle que le había quitado a la perra.

Llegamos al piso, ahí estaba la secretaria del director, se escuchaban gritos detrás de la puerta, sonreí y Alondra dejo de ver el celular para prestar atención, nadie sabía lo que había provocado y Elliot me puso detrás de él, protegiéndome de los griteríos.

– ¡Pero director! ¡No puede hacerme esto! – grito, no solté la mano de ambos y los acerqué junto a la secretaria, los solté pero apenas lo hice Elliot volvio a tomar mi mano.

– Buenos días, el director Alejandro solicito mi presencia – hable.

– ¿Joshua Phillips? – asentí. – ¡Por aquí, gusta café o alguna cosa! – me atendió con mucha amabilidad, amo a mi padre, sonreí más y negué.

– Gracias – Alondra como Elliot se miraron entre ellos con dudas, la secretaria toco la puerta.

– Director, ya está aquí Joshua Phillips – ignorando a la oxigenada.

– Hágalo pasar por favor – se levantó de su silla, nos adentramos y la rubia oxigenada estaba roja del coraje.

– Pasen por favor.