Christian.
John me había mandado un mensaje, me decía que con urgencia quería verme, me sonroje demasiado por su mensaje y tuve que volver a acomodar mis lentes para poder releer el mensaje, le había dicho de mis sentimientos unos meses antes y pensé que se negaría a tener una relación o peor, decirme que era un adefesio y humillarme de la peor manera posible, pero no, me dijo que sentía lo mismo, me daba miedo que me rechazara y prefería quedarme como un amigo antes de perder todos estos años juntos.
Me había llegado el mensaje, estaba acostado en mi cama cuando me llego ese mensaje, me levante de la cama de inmediato y fui a darme un baño, estaba en piyama desde que me había levantado, eran las tres de la tarde, mi piyama consistía en un pans de caras de osos y una camisa de tirantes grande con unas pantuflas de tiburones, mi cabello estaba desordenado y tenía mucha comida en mi cama, estos eran mis fines de semana, donde tenía muchos libros que quería leer, temática gay, solo eso.
Desde muy pequeño sabía que no era normal, bueno, si lo soy pero me di cuenta tarde, me podía parecer guapo alguien pero nunca llegaría a el "gustar" de los libros de ahora, la única persona que me llego a gustar por lo heroico que fue, era la persona que me mandaba ese mensaje para que fuera inmediato a su casa, por estar tan nervioso me había caído champú en el ojo.
Es lo peor el mundo, deberían hacer un champú para cuando te caiga en los ojos no arda pero no, nadie piensa en eso, piensan que eres un tonto y se burlan de ti, suspire tratando de relajarme.
Termine bañarme y me seque con una toalla, me fui a mi habitación y busque mi ropa, una camisa de Toy Story que son los mejores amigos, unos jeans azules, me puse mis calzoncillos, después mi ropa y mis zapatillas, me acomode el cabello con gel, me puse mis lentes y listo.
Le dije a mi madre que saldría, me dio un beso en la mejilla y dinero, me despedí de ella y salí de casa, me fui en taxi, me dio la dirección en donde nos veríamos, siempre nos vemos en otras partes, como en hoteles o restaurantes diferentes, no sé dónde sea esta vez, no soy bueno aprendiéndome nombres de las calles, mi madre siempre me regaña por eso, pero es que no me las sé.
Cuando llegue, le pague al taxista y baje del auto, vi el hotel que era enorme, era un edificio muy grande, me adentre a este y me acerque a recepción, me vieron y todos se me acercaron, me asuste.
– Buenas tardes joven Peterson – me saludaron, eran todos los que estaban en el primer piso y me asuste, fue como su tuvieras dulces en el salón y los sacas, por error la bolsita suena y todos te piden.
– Ho-hola, buenas tardes – salude.
– El señor Phillips lo espera en el último piso – me dijo, avanzo unos pasos al ascensor. – Sígame por favor.
Nos adentramos al ascensor, se escuchaba la música de los ascensores, para muchos era molesto pero para mí era relajante además se siente muy extraño cuando te subes a uno, pensando en que te caerás y te sostienes de las paredes, eso es lo que yo hago.
Llegamos, la recepcionista saco una tarjeta y la introdujo, puso un código y las puertas se abrieron, se hizo a un lado y me dejo entrar, era enorme, desde donde estoy parado, se veía toda la ciudad, era maravilloso, me acercaba cada vez más, era muy bonito todo y muy blanco, las paredes, muebles, la cocina y el comedor, se veía más grande con este color.
La chica se fue y me dejo solo, estaba nervioso y me sudaban las manos, era incomodo, seguía viendo la ventana que daba directo la ciudad.
Oí el clic de una puerta que se abría, dirigí mi mirada a dónde provenía el sonido, vi a John con una sola toalla cubriendo su... su... miembro, toda mi cara, toda, la sentía súper caliente, podía ver que por el ejercicio su cuerpo se le marcaba, esos músculos, su cabello mojado y caían gotas en su torso, teniendo envidia de esas gotas que tocaban su piel y por pensar eso, mi orejas estaba calientes. Escuche una risa y lo vi, estaba viéndome con una sonrisa.
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You and Me. (Gay/Yaoi)
Romance- No, no, no... No puedo - llame la atención de Alondra que veía un anime en mi portátil. - ¿Ahora que te dijo? - me quito el celular. - Ohh... No hay problema. - ¿Como que no hay problema? ¡El piensa que soy mujer! - ¿Y? - ¡Mierda Alondra! No p...