❀ 17 ↬ Hogareño ❀

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Ese día JungKook despertó primero, cosa que era definitivamente extraña porque solía dormir como tronco y le costaba un mundo levantarse. El omega talló sus ojos con pereza y cuando trató de enderezarse, se vio prisionero de un brazo que lo mantenía sujeto. Sonrió inmediatamente al saber que se trataba de YuGyeom y decidió quedarse en esa misma posición para no despertar aún a su alfa.

Con sus dedos acarició los vellos de su brazo y delineó las resaltantes venas, resistiendo las ganas de besar cada uno de esos marcados nudillos que tenía en la mano. Jeon recordó como YuGyeom le había mordido la cintura el día anterior y simplemente suspiró ¿Era tan literal cuando el alfa le decía que se lo podría comer a besos?

JungKook giró levemente el rostro y se encontró con el ajeno demasiado cerca, sus narices rozaron y no pudo evitar sonrojarse por la íntima sensación de dormir junto a una persona que le gusta demasiado. El omega odió compartir cama desde que obtuvo la suya propia, sacaba a patadas a su hermano y sus primos cuando intentaban dormir con él porque se acaloraba rápido y generalmente se movía mucho, pero con YuGyeom no le pasaba nada de eso, le gustaba dormir abrazadito con el muchacho y en especial en cucharita cuando podía sentir todo su cuerpo rozar con el ajeno.

Admiró el rostro sereno de YuGyeom, cómo el vello facial comenzaba a avisar que no había sido afeitado, sus párpados estaban algo hinchados y sus labios separados le daban la sensación de que podría besarlo una y otra vez.

Jeon sintió a su omega querer acurrucarse junto al lobo de YuGyeom y sonrió enternecido. Si pudiera definir la relación que llevaban en una palabra sería "tierna" o quizás "amistosa", porque ya varios habían mencionado que si no fuera por los besos o porque el aroma del contrario quedaba bien impregnado cuando dormían juntos, dirían que no son más que amigos. Aunque a Jeon le gustaba eso, sentir que eran amigos y que podían bromear y hacer cosas normales sin problemas, así como también le gustaba ser meloso con el menor y, diablos, no podía engañar a nadie, amaba hacerle cariño en la espalda pese a que se quejaba.

Estiró su mano y comenzó a rasguñar suavemente la espalda desnuda de su alfa, solamente rascándolo y provocando que el muchacho se acurrucara más cerca, apretujándose a su cuerpo como si pudiera eliminar el inexistente espacio entre ellos.

La erección matutina de YuGyeom golpeó el muslo de JungKook y el muchacho solamente sonrió avergonzado en nombre de su alfa. Esa era otra cosa que le gustaba mucho de la relación de ya varios meses que llevaban, que YuGyeom era dual respecto a la sexualidad: a veces podía ser muy coqueto y pervertido, tanto en su hablar como en su actuar, pero en otras ocasiones se sonrojaba con facilidad y no podía mirarle a los ojos cuando tenía erecciones durante sus sesiones de besos.

Lo más lejos que habían llegado fue cuando Jeon masturbó a su alfa y cuando JungKook se frotó sobre YuGyeom hasta el orgasmo en su celo.

Y pese a que los dos estaban bien con eso, las ganas no faltaban, se deseaban, pero ir a su propio ritmo era delicioso también. Y aunque se supone que no pensaban ir más allá porque era JungKook quien no se sentía preparado, el omega muchas veces sintió como las manos temblorosas del alfa le tocaban la cintura, como el muchacho se volvía un manojo de nervios cuando los besos se intensificaban.

YuGyeom tenía un gran complejo de cachorro en muchos sentidos, era inocente, juguetón, mañoso e incluso un mimado y para JungKook era jodidamente tentador como su alfa le besaba el cuello y luego lo miraba nervioso, esperando saber si lo que hacía estaba bien o mal.

JungKook se tomó una foto con el dormido alfa y decidió que estaría bien despertar temprano ese día lunes para tener una sesión de mimos con su novio antes de ir al trabajo. El omega se levantó con mucho cuidado, dejando a su alfa dormido en la cama para estirarse un poco e ir al baño a hacer sus necesidades y asearse.

COFFLOVE [YugKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora