❀ 04 ↬ Un día en los grandes zapatos de Kim YuGyeom ❀

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En un cuarto de paredes blancas que estaban decoradas con fotografías y algunos posters de bandas estadounidenses, un alfa dormía completamente desparramado sobre su cama de negras sábanas.

La puerta fue abierta y una mujer de mediana edad entró, cubriéndose la nariz inmediatamente para acercarse al joven.

—YuGyeom, levántate, tienes que ir a la universidad.

La mujer acercó su mano a la mejilla de su hijo, acariciándola suavemente y recibiendo un manotazo de su parte.

—¡Mamá! ¡Tienes las manos mojadas! —refunfuñó YuGyeom, secándose con las sábanas y tratando de esconderse dentro de éstas.

—Sí y tu cuarto apesta, pero no me estoy quejando —le mujer se levantó, mirando desde el marco de la puerta como su hijo se rascaba la cabeza —Dúchate, apestas a estar enamorado.

La puerta se cerró y YuGyeom se quedó mirando el techo de su habitación unos minutos mientras se acomodaba los calzoncillos que se le habían bajado un poco por moverse tanto en la noche.

De repente, recordó el pequeño beso que le había dado el omega y comenzó a chillar, abrazando la almohada con una amplia sonrisa. No era de enamorarse rápido, de hecho nunca se había enamorado, pero JungKook era bonito, olía rico y le hizo cariño en la cabeza, cumplía con todos los requisitos para hacer su corazón alborotarse.

Finalmente se levantó, estirando las mantas de su cama y acomodando los cojines para que su madre creyera que la había hecho cuando no fue así. Se lavó los dientes, admirando su rostro que representaba pereza y se metió a la ducha, imaginando miles de escenarios y temas de los cuales conversar con JungKook.

Se vistió como siempre y se colocó perfume, admirándose en el espejo de su habitación antes de tomar su mochila y corroborar que llevaba los cuadernos correctos a clases.

—YuGyeom, ven a comer, tu mamá y yo queremos hablar contigo un momento —el muchacho bajó los escalones de dos en dos, recibiendo inmediatamente un regaño de las dos mujeres.

—Buenos días, tía Hye —besó la mejilla de la mujer y luego se acercó a su madre, dejándole un beso en el cabello —Buenos días, mamá.

YuGyeom se sentó frente a las dos mujeres, las cuales usaban distintos atuendos según sus respectivos trabajos. Se sirvió dos tostadas y untó mermelada en ambas, dándole una gran mordida a la primera mientras miraba a las mayores, esperando que comenzaran a hablar.

—Bueno, YuGyeom, ayer estabas tan hiperactivo que no nos terminaste de contar sobre ese omega que te dio un beso en el cachete —comenzó su tía, su madre inmediatamente arrugó el ceño frente a la mención de un omega besando a su pequeño (no tan pequeño) hijo.

—Ay, sí —el alfa sonrió ampliamente —Hace ya un mes conocí a un omega, trabaja en Cofflove y...

—¿Trabaja? Eso quiere decir que no estudia ¿Abandonó la universidad o ni siquiera pudo entrar? —interrumpió la madre de YuGyeom, ganándose una mirada de reproche de su hermana y de su hijo.

—No, mamá, está de vacaciones, su carrera no estuvo en paro como la mía y terminó a tiempo —explicó, mirando de reojo a su madre —De hecho, va en la misma universidad que yo, su facultad queda al final.

—¿Es bonito?

—Demasiado bonito —YuGyeom le sonrió a su tía, silenciosamente agradecido de que tuviera una actitud positiva a que conociera un omega —Y huele muy, muy rico.

—Tal vez está usando su aroma para engatusarte y aprovecharse de tu inocencia, hijo, deberías dejar de hablar con él.

—¡Mamá! —el alfa frunció el ceño y la omega le devolvió el gesto sin sentirse intimidada —Nada de eso, JungKook no hace eso.

COFFLOVE [YugKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora