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            No entendía cómo su mamá podía ser tan aduladora como alguien. Es decir, si, había estado casada con su padre prácticamente lo que tiene viva y más pero esto era otro nivel. La manera en que hablaba con Juan le incomodaba mucho sobretodo porque ya daba por sentado que eran pareja y lo odiaba con todo su ser.








Me da asco ese tipo.








Se quejó en cuanto volvieron a caminar de vuelta a la propiedad familiar luego de más de diez minutos platicando. O más bien, de Juan tratando de impresionarla presumiendo cosas absurdas como la nueva camioneta que compró "trabajando duro" en los negocios de su papá. Era totalmente lo opuesto al tipo de Beatriz.








No digas eso—habló molesta su mamá—tanto que te quiere y tú de grosera. No creas que no vi las caras que le hacías al pobre muchacho.








—¿Cuántas veces tengo que decirte que no me gusta ni para venir a quitarle las pulgas al Cap?








—Pues algo te tienes que conseguir, no toda la vida vas a estar viviendo conmigo. No te va a caer del cielo el hombre perfecto con esas exigencias que tienes.








La última oración le haría reír si no estuviese tan molesta con la indirecta que le hizo.








Si quieres que me vaya de la casa me lo hubieras dicho y ya. Puedo hacerlo sin necesidad de sufrir al lado de alguien así.









Ay mira Beatriz, no me vengas con eso. Yo no puedo darme el lujo de portarme como niña chiquita así que por favor te pido que hagas lo mismo. Suficiente tengo con tratar de mantenernos unidos otra vez.









No es que estuviera en sus planes pero Peter Quill escuchaba todo desde cierta distancia. Se negaba a dejarla sola por lo que después de pedirle a Mantis volver con los demás, esperó a que saliera. Ella mantenía la mirada baja todo el tiempo pero aún así podía ver la expresión en su rostro. Sus ojos cristalizados. ¿Pero qué podía hacer al respecto?









Decidió volver al campamento improvisado con su imagen en la cabeza, siquiera sabiendo que llegaría segura de regreso. Lo último que quería era causarle problemas luego de haber sido tan amable con ellos, gesto que era prácticamente escaso a lo largo de la galaxia.









—¿Y la señorita Beatriz?—preguntó Drax al verle aparecer.









—Volvió a casa. Quizá es tiempo de que hagamos lo mismo. Gamora y Nebula deben estar preguntándose porqué tardamos tanto.








—Y te culparé cuando comiencen a gritarnos—Rocket yacía sentado en el baúl de herramientas con una bolsa de papas fritas en las manos.









—El mecánico aquí eres tú, así qué...









—La nave está lista para despegar desde hace horas—Peter ladeó la cabeza confundido—me tomó menos de media hora terminar pero soy tan buen amigo que decidí darte más tiempo con la chica bonita. Lo cual claramente fue una buena decisión porque ahora estoy obsesionado con estas cosas crujientes.








—Y yo pude acariciar una vaca—añadió Mantis sonriente.








—Yo tengo una imagen de un adorable ave—miró a Drax.








—Yo soy Groot—finalizó el más pequeño dando brincos encima de una bolsa junto a Rocket.








—Si, quizá no debí dejar que tomaras la lata entera—confesó Peter al verle tan energético.









—¿Entonces qué? ¿Ya podemos irnos?








Él se tomó un momento para pensar, mismo que agradeció cuando notó que el trampolín improvisado de Groot era en realidad una bolsa de malvaviscos. Sonrió acercándose a él, tomando los esponjosos bocadillos en sus manos con una pequeña sonrisa.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora