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       Apenas tres meses habían pasado desde que Thor se había unido. No es que lo odiaran, no. Podía llegar a ser muy útil pero también todo lo contrario en especial al estar en su fase deprimida. Volvía poco a poco a su forma anterior con cada pelea y entrenamiento cada que descansaban en algún lugar restregándole a los demás la bendición que era tener genes de Dios.





Algo en especial que estaba volviendo loca a la pareja de su extraño comportamiento a bordo era la manera en que interrumpía sus momentos románticos. ¿Cena a solas en algún lujoso lugar de la galaxia? Aparecía con botella en mano brindando por ellos entre sollozos porque claramente merecían el amor que tenían pero él no merecía nada. ¿Un simple beso en la cabina? Se soltaba a llorar ruidosamente. Era increíble la cantidad de veces que Peter tuvo que guardar el anillo de vuelta por el rubio tirando la mesa durante su torpe discurso.





—Recuérdame de nuevo porqué no podemos aprovechar esto y huir dejándolo aquí como padres irresponsables a su hijo en un supermercado—dijo Beatriz deteniéndose apenas respirando de las docenas de escaleras que subían rumbo al monte.





Ese día en específico se encontraban en el fuego cruzado con una banda que claramente les sobrepasaba en cantidad pero que ante la insistencia de Thor terminaron aceptando dicha misión todo para que él desapareciera y terminara reflexionando tranquilamente al atardecer. Peter se dio la media vuelta al estar dos escalones más arriba que ella.





—Porque somos buenas personas y debemos ayudar—hizo una pausa para pensar un poco lo que dijo—creo...mira, ya casi llegamos.





—Eso dijiste hace un kilómetro—se quejó mirándolo fijamente, sin tener de otra más que seguirlo.





Se cruzó de brazos enarcando una ceja al verle reposando tan cómodo mientras abajo iban perdiendo. Más no decía nada, Peter se encargaría porque él era el líder —eso y que si hablaba terminaría lanzándolo por el risco que tenían enfrente—.





—¡Thor!—le habló en un intento fallido pues ni siquiera abría los ojos. Miró a su novia quien se encogió de hombros. Acto seguido pasó su mano frente a él esperando a que eso funcionara—Thor.





—Hola, Guardianes.





—Hola, amigo. ¿Puedes abrir los ojos?





—Mis días de superhéroe terminaron—seguía sin abrirlos.





Peter rodó los suyos suspirando. Entonces Thor comenzó a hacer un ruido parecido al que se hace cuando meditan sólo que mil veces más fastidioso. Beatriz y Peter se miraron sabiendo exactamente lo que pensaban. Ese sonido se convirtió en un "ah" prolongado, muy prolongado. La paciencia de la mujer se terminaba y podía notarse en su rostro.





—¡Oye!—exclamó Peter—odio tener que interrumpir lo que sea que estes haciendo pero necesitamos tu ayuda para ganar.





—Estoy ayudando.





—Nena, noquéalo para llevarlo cargando...o arrastrando. Sería más rápido—esa orden fue más que suficiente para que saliera de su trance abriendo los ojos y poniendo ambas manos para defenderse—o pensándolo bien, mejor vámonos. No vale la pena.





Sabiendo exactamente lo que pretendía Peter con aquellas palabras le siguió dándose media vuelta yendo por donde recién llegaron.





star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora