➺ 62

883 191 6
                                    





Algunas veces había lapso de varios días hasta que recibían otra llamada de sus compañeros en la Tierra, en este caso llevaban media semana sin saber exactamente qué hacer más allá de atender llamados sencillos. Tampoco es que pudieran darse el lujo de salvar un planeta entero siendo solo tres. Pero fue a Beatriz a quien sorprendió el sonido de la pantalla mientras trataba de dormir sin éxito alguno.








Miraba el techo sin poder cerrar los ojos pese a sentir su cuerpo cansado y lo odiaba así que no tuvo de otra más que levantarse a atender dicha comunicación aunque en cuanto la imagen del Capitán América apareció en la pantalla se estaba arrepintiendo.








—Qué gusto verte—dijo con su típica sonrisa, aunque en ese momento sonaba más como un regaño—¿cómo has estado?









—Igual que ayer, antier, la semana pasada y los últimos cinco años—se cruzó de brazos recargándose en el borde de la mesa—¿llamaste para darme terapia? Creí haber dejado claro mi punto de vista al respecto cuando dejé de contestar.









—Algo tuvo que haber pasado para que tomaras esa decisión...









Detrás el Cap se podía ver una de las oficinas del campus de los Vengadores. Usaba una camisa de manga larga en tonos claros y le miraba con cierta paciencia, cosa que odiaba porque le hacía sentirse mal el alejarlo.








—Y algo tuvo que haber pasado para que llamaras por aquí y no en privado—cambió de tema buscando evadir lo que moría por contar. Steve asintió tomando la misma expresión que tenía cada vez que les daba lo que creía ser la noticia del año—no. Por favor.









—Ni siquiera te he contado los detalles.









—Y no hace falta. De verdad que no estoy para escuchar otro "quizá tenemos algo".









—Esta vez es diferente, Beatriz.









Negó suspirando. La presencia de Rocket bostezando le hizo mirarle en vez de enfrentar al hombre del holograma.








—Qué onda, Cap—tallaba sus ojos tomando lugar junto a su amiga.









—Rocket—saludó—necesito que vengan al campus.









—¿Tan así de confiados están?—frunció el ceño quitándosele por completo lo adormilado—vamos para allá.









Steve Rogers se despidió de ellos con un gesto antes de dar por finalizada la llamada. Beatriz fulminó con la mirada a su mejor amigo quien rascaba su oreja.








—Ni me veas así—comenzó a caminar en dirección a la cabina—tampoco es que estemos muy ocupados acá afuera.









No servía de mucho discutir con Rocket, siempre terminaba dándole la razón y haciendo lo que le pidiera. Observaba la inmensidad de colores que parecían abrazar a la Milano cuando Rocket dio el salto que les acercaría a la Tierra.








star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora