star-girl ✩ peter quill

➺ 23

El tipo grandote no mentía; Peter y Beatriz habían encontrado a la niña en un almacén lleno de partes metálicas que hacía de fachada para el negocio turbio que manejaba. En poco tiempo volvieron a la nave donde se encontraron con los demás y desde luego, el padre que les había contratado.

Beatriz veía desde la rampa de la Milano como el par de seres se abrazaban con la emoción de volver a verse con Groot en el hombro. Peter recibió el pago y no tardaron en ponerse en marcha de nuevo.

Había sido un día largo y lo notó en lo profundo que dormía su novio en la pequeña cama que ocupaba gran parte del cuarto en la Milano. Estaba recostado de lado con una de sus manos rodeando a Beatriz por el vientre aún cuando ella se dio vuelta para mirar el techo. Giró la cabeza para verle descansar tranquilo, cosa que no lograba hacer. Es por eso que tras pensarlo un poco decidió salir de su agarre cuidando que no despertara.

Rocket había tenido el primer turno en pilotar mientras los demás descansaban por lo que encontrárselo en el asiento de piloto tarareando una melodía mientras arreglaba un artefacto metálico no fue sorpresa. Se sentó en el de copiloto sin decir palabra alguna.

—Déjame adivinar—comenzó él—los ronquidos de Quill te despertaron.

—No esta vez...—bromeó siguiéndole el juego—no podía dormir.

—¿Recuerdos o pesadilla?

—Ambos.

—Mmm...

Un silencio se apoderó de la cabina. La combinación de colores y pequeños puntos brillantes enfrente suyo era su centro de atención.

—Me pasa seguido—Beatriz giró la cabeza en su dirección—envidio a Drax por dormir como roca, a veces tengo que asegurarme de que siga respirando.

Ella sonrió con diversión subiendo el pie a la silla para tener cerca del pecho su rodilla.

—¿Qué haces cuando eso sucede?—se animó a preguntar.

—Buena pregunta—se movió en la silla de manera que podía ver de frente a la chica—creo que sólo me levanto, me pongo las botas y...veo a mi alrededor. Me doy cuenta que la vida sigue y ya. No siempre es malo recordar ese tipo de cosas ¿sabes?

Suspiró apretando los labios. Rocket tenía un buen punto.

—Ahora yo te tengo una pregunta. ¿Qué le hiciste?—dijo mostrando el arma que usó horas antes.

—¡Nada!—se apresuró a decir con nervios—te juro que sólo la tomé, disparé una vez y la devolví a su lugar. Pero si la descompuse...

—¿Descomponerla? Todo lo contrario. Compré esta chatarra hace tiempo en un planeta con olor a alcantarilla por 500 créditos y nunca sirvió. De hecho pensaba usar sus partes. ¿Porqué elegiste esta cosa? No es que falten armas en esta nave.

—Se parece a la de Han Solo.

—¿Quién está solo?—ella rió.

—Ese es su nombre. Han Solo. Es un legendario forajido y pirata que luego se unió al lado correcto para ayudar a salvar a la galaxia.

—¿Has notado que tienes un tipo? Suena exactamente como Peter—saltó de la silla para acercarse a ella y ofrecerle de vuelta el arma. No supo qué hacer al respecto—tómala. Vas a necesitarla si seguirás salvándole el trasero a Quill. Considéralo un regalo de bienvenida.

—Gracias—le sonrió sosteniendo de vuelta en sus manos el blaster—creo que debería tratar de volver a dormir.

—Buena suerte—le dijo mientras se ponía de pie.

Emprendía el regreso a la cama cuando se detuvo en la mera entrada de la cabina.

—¿Rocket?—el peludo le miró—gracias. De verdad.

Él no supo que responderle así que se limitó a asentir. En ese mismo instante se juró a sí mismo que si llegaba a romper con Peter, le seguiría a donde fuese.

Por otro lado Beatriz había regresado al diminuto cuarto que compartía con Star-Lord desde hace unos días. Seguía aún dormido pero esta vez le daba la espalda cosa que aprovechó para entrar bajo la sábana y ser quien le abrazara. Casi al momento recibió respuesta por su parte al poner la mano encima de la suya. Cómo amaba el espacio.