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Desde aquella altura a la Tierra la dominaban los tonos azules y blancos. Parecía un planeta totalmente tranquilo. Una canción de Fleetwood Mac en el fondo sonaba cuando Rocket decidió interrumpir mirando a Beatriz, sentada detrás de Peter con un pie encima de la silla.






—Entonces, estos "Oxxos"—ella le miró atenta—¿dices que están donde?






—En cada esquina. Por donde vivo hay como 5 rodeando.






—Dime por favor que aceptan créditos—se había dado vuelta en el mismo asiento para poder hablar mejor.






—Ni billetes de 500 aceptan a veces. Pero tú no te preocupes por eso, yo invito.






—¿Escuchaste eso, Quill? Tu novia me invitará al Oxxo.






—¿Y? A mí me llevó primero a uno...aparte, es un simple Oxxo. No Disneylandia—le respondió burlón.






—¿Y ahora eso qué es? Juro que a veces inventan palabras sólo para confundirme—negó volviendo a los controles para activar el camuflaje.







Entraban recién a la atmósfera de la Tierra justo en el momento que atardecía. El rojo y naranja del cielo les iluminaba de dorado la piel a través del cristal. Beatriz podía jurar que ese baño de sol se sentía mucho más diferente a lo que recordaba, en especial cuando bajó de la nave en medio del terreno más cercano a su colonia. Estaba cercado y desde que tenía memoria estaba abandonado.






—¿Qué tal si mejor sólo llevamos a Rocket al Oxxo y luego nos vamos?—dijo en cuanto Peter se detuvo a su lado.







—¿Le tienes miedo a tu mamá?—preguntó Rocket haciéndoles ver hacia abajo.







—Es que no la conoces.







—Bueno, dame la señal y...—tocó el arma pequeña que cargaba en su traje.






—¡No vas a dispararle a su mamá!






—No seas exagerado. Nada más le daría una leve descarga eléctrica que la pondría a dormir tranquilamente en el piso—se cruzó de brazos—¿verdad Betty?






—Pues ella dijo que quería dormir tranquila.






—No importa cuánto traten de endulzarlo, no es lo mismo—dijo frunciendo el ceño mientras la rampa se cerraba detrás suyo lentamente—venimos en son de paz. ¿Qué pensará de nosotros si haces eso?






—¡Aww! Petey quiere darle una buena impresión a su suegra—caminaba enfrente de ambos—aunque se haya robado a su hija.






—Yo quise irme, es diferente.






—Ajá.






—No le hagas caso—Peter tomó su mano.






A esa hora no había mucho tránsito por donde caminaban pese a estar rodeados de varias colonias de viviendas incluyendo dos privadas. Los pocos coches que pasaban ni siquiera les miraban cosa que jugaba a su favor por Rocket. Tras cruzar un bulevar pudieron entrar a la larga calle en donde la casa se ubicaba. Todo seguía exactamente igual: los distintos colores de las casas, la publicidad de Coca-Cola en la tienda y los árboles sin podar.







Finalmente Beatriz pudo ver la familiar fachada con el portón negro y la terraza encima de la cochera. Podía jurar que hasta lucía con más vida a comparación se cuando se fue y no sabía si era bueno o malo. Tocó el timbre.






Peter acomodó el cuello de su chaqueta, alisó su playera y hasta se paró derecho. Rocket estaba cruzado de brazos mirando a los pájaros en el alambre sobre el pabellón que separaba la ancha calle en dos sentidos. Entonces se abrió.







Su madre le miró y sin más golpeó sin mucha fuerza su hombro haciéndola brincar asustada. Rocket estaba por actuar cuando la atrajo hacia sí misma en un abrazo que ella todavía no respondía de la impresión. Sólo recibía abrazos en cumpleaños —a excepción de Peter quien no se le despegaba—. Era raro. Tanto que hasta el mismo mapache miró a su amigo confundido.






Te dije que estaba completa—habló cuando la soltó, incluso recuperando aire ante la presión.






¿Y qué haces vestida así?—uniendo las cejas le miró de arriba a abajo. Los pantalones oscuros con varios bolsillos, las botas altas con hebillas y la blusa de manga larga negra hacían juego. No se veía mal pero como siempre, para su mamá era todo lo contrario—pareces...ay no sé.







¿Que vengo del espacio quizá?—tomó a Peter del brazo—¿con mi novio quien ha salvado a la galaxia dos veces?







—Hey—saludó nervioso dándole la mano—Peter Quill.







Tú eres Peter—él asintió.







—Y yo soy Rocket—bajó la mirada buscando al dueño de la voz. Abrió los ojos de par en par, sacudió la cabeza retrocediendo al pensar que alucinaba—qué torpe, quizá no me entiende. Tome.







Tras buscar en el pequeño bolsillo de su traje le ofreció un traductor que era muy parecido a un botón minúsculo.







—Claro, porque no entender inglés es lo único que la confunde en este momento—dijo Peter mirándole.







—Tranquila señora, no muerdo. Ni que fuera un animal.







Ella lo tomó observándolo con curiosidad. Beatriz le señaló el espacio detrás de su oreja para que lo colocara cosa que hizo sin decir una palabra alguna. Miraba a Rocket, luego a su hija y después a Peter. Repitió dicha acción un par de veces hasta que se quitó de la puerta para que pudieran pasar.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora