star-girl ✩ peter quill

➺ O5

                          —Tranquilo, estoy seguro que sabe perfectamente cómo llegar—dijo Rocket divertido, tomándose un descanso.

—¿Qué?—Peter se dio media vuelta claramente distraído.

Había pasado los últimos diez minutos —o al menos desde que Beatriz se dio media vuelta— mirando por donde se perdió entre los árboles. Ni siquiera se dio cuenta cuando Groot le abandonó para ir a jugar con las hojas secas en el suelo.

—Creo que ha sido la más decente de entre todas tus víctimas.

—¿Insinúas que me gusta Beatriz?—resopló—no seas ridículo.

—Si. Es exactamente lo que dije. ¿Y sabes algo? No pasa nada. No la has pasado bien desde que Gamora te rechazó hace unos meses.

—No me rechazó. Sólo nos dimos un tiempo.

—¿Eso te dices todas las noches antes de dormirte llorando? Que deprimente.

—Yo no...—sabía que no tenía caso pelear con Rocket, sería un cuento de nunca acabar—mira, ¿creo que es linda? Si y mucho. ¿Es agradable? Demasiado—hizo una pequeña pausa para pensar—¿porqué lo dices? ¿crees que le guste o algo así?

—Tú no tienes remedio—se levantó de donde estaba para adentrarse en la Milano.

Mientras tanto Beatriz recién cerraba la puerta trasera detrás suyo. Tomó una de las bolsas de tela que su abuela colgaba junto al lavatrastes, mismas que usaban para traer comida a la casa durante vacaciones. Ahora la pregunta era ¿qué comían en el espacio? por si acaso vació todo tipo de galletas, papas fritas y golosinas que pudo encontrar. Pasó por el refrigerador para llevarse las sodas que ella misma compró antes de venir, era un milagro aún encontrarlas teniendo a sus primos alrededor. Estaba demasiado perdida pensando en sí les gustaría como para darse cuenta que su mamá estaba de brazos cruzados detrás de la puerta.

—¿A dónde llevas todo eso?—dio un brinco sosteniendo la bolsa con fuerza.

Olvidó por completo que por las mañanas salía a caminar. Usaba su ropa deportiva, recordándole que seguía en pijama. No servía de nada mentir, no le creería de todos modos. Lo más grave que podía pasar era que se burlara.

—Es para el grupo de héroes extraterrestres que arreglan su nave espacial en el campo.

Su madre frunció el ceño antes de reír poniéndose los audífonos que colgaban de su cuello.

—Cámbiate la pijama por lo menos—tomó el gorro de su sudadera para ponerlo sobre su cabeza—ahorita vengo. Allí me los saludas.

Suspiró dejando la bolsa en el suelo viéndole salir por donde ella entró momentos antes.

No más de diez minutos después pisaba las ramas caídas con la bolsa colgando de su hombro. Cambió la pijama por jeans y peinó su cabello en una coleta alta, hasta tiempo le dio de delinear sus ojos como diario lo hacía. Puede que quizá ver a Peter le haya influenciado a arreglarse un poco.

Todos le miraron e inconscientemente se acercaron hacia ella con curiosidad por lo que había traído. Pero fue Peter quien ignoró la bolsa para enfocarse en Beatriz.

—No sabía que traer—recargó la bolsa sobre uno de los baúles de herramientas de Rocket para comenzar a desplegar el menú—tengo galletas de chocolate, de vainilla y fresa. Papas fritas de sal, picantes y queso. Unas mantecadas que mi abuelo dejó a medias anoche y refresco de cereza...es comida chatarra, básicamente. Perdón.

—¿De que hablas?—Rocket tomó una bolsa de papas—nos haces sentir como en casa.

—Nuestra dieta es básicamente lo que sea que encontremos.

—Drax tiene razón...espera, ¿son Dr Pepper?—Beatriz retrocedió un par de pasos para que el grupo tomara lo que quisiera, doblando la bolsa de tela hasta formar un pequeño cuadro que guardó en su bolsillo, siendo sorprendida por Peter quien no dudó en acercarse a ella con dos latas en la mano—no te quedes sin tu nutritivo desayuno.

—Mi mamá me mataría si me ve comiendo esto a las siete de la mañana.

—Pero no está aquí ¿o sí?

La sonrisa en su rostro era muy convincente por lo que aceptó la fría bebida.