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Rocket puso en la mesa el recipiente transparente con lo que Beatriz describiría como un slime de los que venden en el mercadito y que su hermana termina embarrando en todos lados. A excepción que éste tenía dos puntos negros como ojos y parecía mirarla fijamente detrás de la silla en que Peter estaba sentado al seguir aún bajo los efectos de lo que sea que le escupió.






—¿Qué vamos a hacer con esa cosa?—preguntó Drax al otro lado de la mesa—¿la devolveremos?






—O podemos venderla en el mercado negro por el triple de lo que nos prometió el amiguito de Gamora—sugirió Rocket ganándose la mirada de todos—¿qué? Drax preguntó.






—Es demasiado peligrosa para que quede en las manos equivocadas—Gamora miró a Peter quien sostenía la mano de Beatriz en su hombro—llevémosla a Xandar. Los Nova sabrán que hacer.






Él asintió dándole la razón. Lo que menos quería era tenerla cerca de nuevo.






—Bueno, y la moraleja de esto fue...—observó a los demás.






—¿Qué no debemos aceptar tratos con científicos raros?—Mantis ladeó la cabeza tras decir lo que pensaba.






—¿Yo soy Groot?—dijo tocando el cristal que mantenía a la cosa atrapada.






—¡No! Que no deben de separar a Star-Lord de Star-Girl o todo sale mal—unos rodaron los ojos, otros negaron—eso y que todos ustedes son muy malos amigos ¿cómo es que nadie se dio cuenta que no era yo?






—Fue muy convincente—todos asintieron apoyando a Drax.






—Como sea—se levantó de la silla suspirando—nos pondré en camino a Xandar.






Y así fue. Había pasado la última hora en el asiento de piloto con música reproduciéndose desde el celular de Beatriz gracias a una modificación hecha por Rocket. No lo parecía pero todos agradecían que hubiera nuevas canciones en vez de las mismas seleccionadas por Peter. A su lado en el copiloto se encontraba Beatriz leyendo uno de los tres libros que trajo consigo al espacio: It de Stephen King.






Veneno de Zoé terminó, dándole lugar a Dia de Enero de Shakira. Peter la había escuchado antes en una de las veces que tomaba prestado el celular para escuchar sus playlists al hacer distintas cosas como ayudar a reparar la nave o simplemente ordenar sus cosas pero no fue hasta que la tenía de fondo en ese momento que se daba cuenta del verdadero significado de la letra.






Te conocí un día de enero
Con la luna en mi nariz
Y como vi que eras sincero
En tus ojos me perdí

Qué torpe distracción
Y qué dulce sensación






La galaxia les decoraba el panorama enfrente suyo como si de una pintura se tratase.






Y ahora que andamos por el mundo
Como Eneas y Benitín
Ya te encontré varios rasguños
Que te hicieron por ahí

Pero mi loco amor
Es tu mejor doctor







Giró la cabeza en dirección a Beatriz quien a los pocos segundos salió de su propio mundo para devolverle la mirada sin saber bien el porqué.






Voy a curarte el alma en duelo
Voy a dejarte como nuevo
Y todo va a pasar
Pronto verás el sol brillar
Tú, más que nadie, mereces ser feliz






Levantó la cabeza a manera de preguntar si pasaba algo con una pequeña sonrisa extrañada en el rostro.






Ya vas a ver
Cómo van sanando poco a poco tus heridas
Ya vas a ver cómo va la misma vida
A decantar la sal que sobra en el mar







Peter señaló el celular —que estaba sobre la tabla de control— igual con la cabeza.






Y aunque hayas sido un extranjero hasta en tu propio país
Si yo te digo, "¿cómo dices?"
Tú aún dices, "¿qué decís?"
Y lloras de emoción
Oyendo un bandoneón






Pegó el libro contra su pecho al entender lo que trataba de decir. Le estaba dedicando la canción que sonaba. La misma que escuchaba en el radio de más pequeña imaginando historias de amor que nunca le pasarían. Identificándose al 100 con el primer verso de esa parte.






Y aunque parezcas despistado
Con ese caminar pausado
Conozco la razón que hace doler tu corazón
Por eso quise hacerte esta canción






Beatriz sonrió recargando la cabeza contra el asiento perdiéndose en los ojos verde-grisáceo de su novio. En la sensación agradable que le causaba sólo verle.






Ya vas a ver
Cómo van sanando poco a poco tus heridas
Ya vas a ver cómo va la misma vida
A decantar la sal que sobra en el mar

Ya vas a ver
Cómo van sanando poco a poco tus heridas
Ya vas a ver cómo va la misma vida
A decantar la sal que sobra en el mar






La canción terminó cambiando a otra en la que ni se molestaron en poner atención.






—Ya es tarde—dijo ella cerrando el libro con el separador dentro para levantarse—quizá deberíamos...






Señaló en dirección a la parte donde más convivían de la nave. No hacía falta otra palabra  para que se levantara y le siguiera.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora