star-girl ✩ peter quill

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Beatriz se acercó a Peter y sus hermanos con una sonrisa en el rostro. No quería irse sin verlos pero luego de lo de anoche se había dado a la idea de que quizá lo haría. Era una acción muy linda por parte de su novio traerlos a ella. Se posicionó entre su hermana y Peter siendo este último quien puso la mano en su espalda baja, sobre el borde de sus jeans.

—En ninguno de tus videos chafas nos dijiste que tenían todo esto—Javier levantó el blaster de Peter con brillo en los ojos.

—Buenos días para ti también—le respondió negando. Expresión que luego cambió al ser abrazada por su hermanita—y a ti, ¿qué te gustó?

—Yo quería ver a Groot pero tu novio dice que se quedó en el espacio.

—Si, está castigado por usar uno de los cuchillos de Drax para partir un hotcake—la risa infantil le hizo sonreír aún más.

En ese momento la puerta metálica del espacio de Rocket se abrió, dejándose ver en el pasillo aún estirándose y frotando sus ojos.

—¡Es Rocket!—gritó Carlota soltando a su hermana para acercarse—¡y tiene la misma sudadera que yo! ¿Ya viste Javier?

Peter y Beatriz se miraron porque era la misma sudadera.

—¡NO PUEDE SER ENCOGIERON A BEATRIZ!—gritó Rocket señalando a la niña. Más su rostro cambió al ver que la mencionada seguía a unos metros de distancia—no entiendo.

—Es su hermana—le dijo Peter riendo.

Siempre habían escuchado comentarios sobre ser iguales a excepción que Carlota era de tez y cabello más claros por herencia materna, Beatriz tuvo más influencia de la paterna incluyendo el tono casi negro de su melena ligeramente ondulada por naturaleza y la piel canela.

—No manches el mapache está más enano de lo que se veía en el video—se burló Javier recibiendo un golpe en la cabeza por parte de su hermana mayor.

—Uy si, habla el poste de luz—Rocket se cruzó de brazos mientras Carlota le acariciaba la cabeza—he visto ratas más altas que tú.

Beatriz se aguantó la risa en especial por la cara que tenía su hermano al ser insultado de regreso por Rocket.

—¿Deberíamos detenerlos?—murmuró Peter acercándose aún más a ella.

—Ay no, déjalos. Ahorita se calman.

—Sólo digo que tengo que regresarlos completos, se lo prometí a tu mamá—Beatriz le miró—¿acaso creías que los secuestré? No soy un delincuente...en este planeta.

La castaña le sonrió antes de ponerse de puntillas para juntar sus labios. Pero se le olvidaba quienes estaban detrás suyo y lo dramáticos que podían ser.

—¡Ay qué asco!—se quejó Carlota tapándole los ojos a Rocket. Haciéndoles separarse—no veas eso.

—Te sorprendería las cosas que he visto en contra de mi voluntad, mini Betty—respondió suspirando.

Para cuando el sol comenzaba a dar calor y después de desayunar "comida espacial" a tanta insistencia de sus hermanos, pasaron a la cabina de la Milano donde Peter le enseñó a Carlota el significado de todos los botones de colores que usaban al manejarla. Por su parte Javier optó por que Rocket le mostrara cada uno de sus inventos al ser estudiante de mecatrónica. Beatriz no podía estar más feliz al ver a sus hermanos llevarse tan bien con ambos por lo que fue difícil cuando llegó el momento de que regresaran a casa.

Caminaban de vuelta en silencio tras decirle adiós a Rocket —quién le dió un pequeño obsequio a Javier para su siguiente proyecto— dejándolo en la nave. Carlota iba de la mano de Peter ambos tratando de no pisar las líneas del pavimento a manera de juego.

Finalmente se detuvieron frente al portón negro sin ánimo alguno de entrar. Fue Javier quien abrió con su llave la puerta.

—Bueno, se portan bien—les decía Beatriz luchando con el nudo en su garganta—no hagan enojar mucho a mi mamá.

—¿Vas a regresar?—preguntó Carlota levantando la cabeza hacia ella.

—Claro que si, ¿cómo crees que voy a dejarlos solos? Aparte tienen el transmisor. Úsenlo, no es un tazo.

Los dos asintieron. Carlota le hizo una seña a Peter para que se pusiera a su altura y poder decirle algo en forma de secreto. Beatriz no logró escuchar nada pero vio una sonrisa en el rostro de su novio al levantarse.

—Lo juro—respondió revolviendo su cabello.

—Entonces, en eso quedamos ¿eh?—tomó a ambos en sus brazos. Algo que les agarró de sorpresa porque el contacto físico no era muy de Beatriz—los quiero mucho.

Tras soltarlos les dio una última mirada. Retrocedió junto a Peter viéndoles hasta que la puerta se volvió a cerrar quedando de nuevo sólo ella y su novio. No dijo palabra alguna al retomar su camino en dirección a la Milano. En realidad casi no habló hasta que estaban rodeados por las ondas de colores espolvoreadas de estrellas mientras él revisaba la pantalla holográfica frente a la mesa.

—Gracias.

Peter le miró, estaba a su derecha.

—¿Porqué?

Beatriz se lanzó a sus brazos escondiéndose en su pecho. Peter no despreció en lo absoluto dicho gesto al atraerla más hacia sí mismo entendiendo el motivo. Sonrió besando su cabello. Agradecía ver a sus hermanos un rato más. El que fuese tan atento. Que la quisiera de esa manera tan dulce. No lo cambiaría por nada en la galaxia.