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               La ciudad en que se adentró Beatriz parecía sacada de una novela futurista de las que hablaban en sus clases de literatura: edificios altos de color metálico y callejones largos como laberintos. Su mano temblaba encima de la tela de su playera que cubría el arma. No sabía ni por dónde empezar su búsqueda ya que los letreros de las calles estaban en otro alfabeto que no reconocía.







—Dijo que estaba en la segunda avenida—miró a Groot muy atento en su bolsillo—¿sabes leer los letreros? Si no, ambos estamos perdidos.







—Yo soy Groot—señaló la calle a su izquierda.








—Sólo te advierto que si no encontramos a mi Peter, haré una fogata contigo.







Siguió caminando en la dirección marcada por Groot. Las iluminaciones neones de los locales iluminaban su paso mientras que varios seres de colores y formas pasaban a su lado sin siquiera notar su presencia. La presentación de productos que exponían algunos puestos eran inimaginables y si no fuese porque tenía que buscar a Peter sabía que se perdería horas observando todo. Se sentía en Star Wars y debía creérselo si quería ayudar.







Parecía un mercadito como a los que acudía los domingos cerca de su colonia y como en todo lugar del estilo siempre había un espacio al fondo que todos ignoraban. Allí fue donde pudo distinguir a un tipo acorralando a alguien contra el muro. Miró de nuevo a Groot y respirando hondo se dirigía al atercado. Los murmullos en diferentes idiomas cubrían la discusión que estaban teniendo.







—Tú y esos guardianes se creen muy listos ¿no?—habló el desconocido. Era el doble de grande que Drax, su piel de color azul claro y mantenía su gigante mano en el cuello de Peter.







—Si te soy sincero no todos en el grupo son tan listos como dices—respondió con sus manos encima de su brazo como si eso ayudara a disminuir la presión.







Fue cuando se dio cuenta de la presencia de Beatriz detrás del azulado. Señaló con la mirada el suelo donde sus blasters estaban tirados casi hasta el otro lado del callejón. Ella asintió sacando el arma para apuntarle.







—Pero mi novia lo es.







Al escuchar aquel comentario giró la cabeza. La castaña disparó sin pensarlo dos veces hacia su pierna forzándolo a soltarle para quejarse y tratar de parar la sangre amarillenta que comenzaba a salir tirado de rodillas. Acto seguido pateó uno de los blasters para que se deslizara hasta llegar a manos de Peter quien apuntándole se situó al lado de Beatriz.







—Quién diría que alguien tan grande caería con un sólo tiro—se burló ella ladeando la cabeza.







—Las apariencias engañan, linda...así que tú decides, Orx. Nos dices dónde está o lo último que verás será—miró a Beatriz y con una sonrisa continuó—a Star-Lord y Star-Girl.







—¡Está bien!—sostenía su pierna sin dejar de observar el par de armas que le apuntaban—vayan al almacén de la quinta avenida. Allí está.








—¿Ves? No te costaba nada—bajó el arma—ahora vete antes de que te empareje la otra pierna.








Ambos le vieron alejarse cojeando con prisa, era algo chistosa la escena. Peter se agachó para tomar su otro blaster y atorar ambos a los costados de su pantalón.







—Bien, ¿podemos hablar de lo atractiva que te viste al rescatarme?—ella negó sonriendo—lo digo en serio. Ni siquiera...espera un momento. ¿Viniste sola?







—No. Vine con Groot—señaló al pequeño que miraba emocionado con sus manitas en el borde de la tela.







—Eso fue peligroso y tonto—habló serio. Pero hizo una pausa antes de cambiar radicalmente de actitud—¡como toda una Guardian! Ahora mejor vayamos por esa niña antes de que la hagan sushi o algo parecido.







Tomó la mano de una Beatriz muy confundida para comenzar a caminar directo al dichoso almacén.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora