➺ 60

869 168 31
                                    

🎧


              No dijo una sola palabra al volver a la Milano, sólo buscaba dejar Contraxia lo más pronto posible. Dejó la chaqueta colgada para ir con paso apresurado a la cabina siendo detenida a medias por Nebula.





—Estás sangrando—le dijo tomando su mano con la que hizo sufrir al tipo—déjame...





—Estoy bien—se soltó de su agarre siguiendo con su camino.





Sentándose en la silla de siempre asumió el mando a través de la pantalla, introduciendo las coordenadas de su nuevo destino. El Coleccionista era quien sabía más de las Gemas que todos ellos y si podían encontrarlo antes de que se enterara de que estaban buscándolo sería mucho mejor.





—¿Qué demonios fue eso?





—¿Qué cosa?—giró la cabeza en dirección a Rocket que tomaba asiento a su lado.





—Sabes de lo que hablo. Ni siquiera sé de donde sacaste tanta fuerza.





—A mi me pareció divertido—añadió Nebula en la silla de atrás—y obtuvimos lo que queríamos.






—No me ayudes tanto, Nebs—Rocket negó suspirando—y deja que te ayudemos con eso. Se te infectará y capaz tu ADN muta o algo así.






—Sé exactamente como usar el botiquín—levantándose acomodó su playera de manga larga—me encargaba de todas las heridas de Peter ¿recuerdas?





Aprovechó el momento para poder estar a solas en su cuarto. Había sido demasiado ir a ese lugar y pese a estar flotando fuera de la atmósfera aún sentía ese mareo emocional.





Cerrando la puerta detrás suyo se sentó en la orilla de la cama para sacar de debajo la caja metálica con suministros médicos. Habían botes con pastillas en letras que con el tiempo entendió, vendas, líquidos equivalentes a alcohol y hasta dos medipacks.






Arrugó la nariz al sentir el ardor cuando aplicaba una de las sustancias en el corte de la palma derecha. Retiraba con una pequeña tela la sangre para luego poder vendarse. Cerró la caja devolviéndola a su lugar y sin más se quedó allí, pensando en nada.






La ropa de Peter seguía tirada en el suelo junto al estante donde tenían las pertenencias que juntaron el tiempo juntos. Era un mal hábito que todo el tiempo le reprendía pues había veces en las que ni siquiera el suelo se veía por estar cubierto de las prendas que iba dejando. Negó con una pequeña sonrisa para recogerla por última vez.






Primero tomó la playera gris de manga larga doblándola sobre la repisa del estante. Siguió con los pantalones negros y finalmente la chaqueta que usó la vez que tuvieron su cita en la tierra. La sostuvo frente a sus ojos durante un momento antes de abrazarla contra su pecho. Inhaló y exhaló profundamente sintiendo el material bajo su tacto.






Un sonido metálico le hizo fruncir el ceño. Algo había caído del bolsillo directo al ya limpio suelo junto a su bota. Se trataba de un papel cuidadosamente doblado el cual recogió volviendo a sentarse donde antes dejando la chaqueta a su lado en la cama.






Dentro había un anillo de color negro mate con una sola piedra brillante blanca en medio y un escrito en su letra con varios tachones a manera de corrección.






"Escribo esto para no olvidar todo lo que quiero decirte, no es que no lo sepa pero es que hay tantas cosas que me asusta pasarlas por alto.

Desde el primer momento en que te vi supe que no dejarías mi mente en un futuro cercano y como nunca me equivoco, eso sucedió.

Llevamos cuatro años viajando por la galaxia y sigo sin terminar de creer lo genial que eres. A veces pienso que es una broma que me hayas escogido por encima de, literalmente, el mundo entero.

Me conoces más que nadie y sabes que soy terrible escribiendo pero quise intentarlo, no todos los días le declaras tu amor incondicional a la chica de tus sueños.

Así que, Beatriz Ramírez ¿te gustaría compartir apellido y una vida entera conmigo?"






Lo que fueron un par de lágrimas se convirtió en llanto, uno que no podía controlar al imaginar lo que hubiese llegado a ser dicha declaración en persona. Lo que hubiese llegado a pasar después. La que pudo llegar a ser una vida entera al lado de Peter Quill, la persona que más amaba en la galaxia entera. Los planes que una vez más la vida me arrebató sin piedad alguna.






Los sollozos se volvieron más fuertes sin darse cuenta alertando a su mejor amigo desde el otro lado de la puerta quien entró preocupado con prisa, temiendo que haya cometido algo irremediable. Entonces le vio el par de objetos en la mano.





—Betty...—susurró sabiendo lo que significaba aquello, en especial al haber sido el cómplice en el plan. Era algo que llevaba tiempo en la cabeza de Peter y sabía muy bien lo emocionado que estaba por cumplirlo.






Caminó lentamente hasta sentarse a su lado con las patitas colgando. No sabía exactamente cómo acercarse pero recordaba la manera en que Star-Lord lo hacía. Estaba consiente de que no sería lo mismo pero decidió intentar rodeando su brazo y recargando la cabeza casi a la altura de su hombro.






Nebula no sabía cuanto tiempo pasó pero para cuando el silencio volvió a reinar en la nave decidió ir a revisar. Tampoco era buena consolando y por más que quería decirle alguna palabra de apoyo al par simplemente no salía nada así que prefería darles su espacio pues después de todo ella era la nueva.






Se asomó por la puerta abierta encontrándolos respirando tranquilamente con los ojos cerrados. Estaban dormidos.






Beatriz estaba recostada de lado con una mano colgando sin soltar el papel teniendo a Rocket acurrucado a la altura de su regazo con la cabeza en su pierna. Al mismo tiempo, ella descansaba su otra mano encima de Rocket.






Buscó con la mirada algo con qué cubrirlos siendo la chaqueta de Peter la elegida. Suspiró deseando que cuando despertaran las cosas mejoraran, aunque quizá era para convencerse más a sí misma.

star-girl    ✩   peter quillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora