CAPÍTULO 45

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¡Los duques zabini han tenido un niño!

 
Después de una niña,  a la pareja más enamorada de Londres por fin le ha llegado un heredero. Esta autora puede imaginarse el descanso que habrán sentido en Zabini House; después de todo, es una verdad universal que un hombre casado y con una gran fortuna lo que quiere es un heredero.

Todavía no se conoce el nombre del pequeño, pero esta autora se siente cualificada para especular. Después de todo, con hermana llamada Rose, ¿podría el nuevo conde Zabini recibir otro nombre que no fuera Hugo?

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,

15 de diciembre de 1817

 

Blaise levantó los brazos sorprendido, mientras la hoja de papel caía al suelo.

—¿Cómo lo sabe? —preguntó—. No le hemos dicho a nadie nuestra decisión de llamarlo Hugo

Ron intentó no reírse mientras observaba a su marido ir y venir por la habitación.

—Estoy seguro de que ha sido un golpe de suerte —dijo, mirando con cariño al recién nacido que tenía entre los brazos.

Era demasiado temprano para saber si mantendría los ojos azules o se le volverían negros, como a sus hermanas, pero ya era igualito que su padre; Ron no podía imaginarse que se oscurecieran y rompieran el encanto.

—Debe tener un espía en esta casa —dijo Blaise, con las manos en las caderas—. Debe ser eso.

—Estoy convencido de que no tiene ningún espía aquí —dijo Ron, sin mirarlo; Estaba demasiado ocupada mirando cómo el pequeño Hugo le había cogido el dedo.

—Pero…

Al final, Ron levantó la cabeza.

—Blaise, es ridículo. Sólo es una columna de cotilleas.

—Whistledown… ¡ja! —exclamó—. Nunca he oído ese nombre. Me gustaría saber quién es ésta maldita mujer.

—Tú y el resto de Londres —dijo Ron, en voz baja. —Alguien debería descubrirla y dejarla sin trabajo.

—Si es eso lo que quieres —dijo Ron, sin poder resistirse—, no deberías apoyarla comprando su revista.

—Yo…

—Y no te atrevas a decir que la compras para mí.

—La lees —dijo Blaise.

—Y tú también. —Ron le dio un beso a Hugo en la cabeza—. Normalmente, antes de que caiga en mis manos. Además, estos días estoy bastante orgulloso de lady Whistledown.

Blaise la miró con el ceño fruncido.

—¿Por qué?

— ¿Has leído lo que ha escrito de nosotros? Nos ha llamado la pareja más enamorada de Londres. —Ron sonrió—. Me gusta.

—Blaise hizo una mueca.

—Eso es porque Dean Thomas .

—Ahora es Dean Finnigan —le recordó Ron.

—Bueno, como se llame, tiene la boca más grande de Londres y, desde que me oyó llamarte «cariño mío» en el teatro, no he podido aparecer más por los clubes.

— ¿Tan poco corriente es estar enamorado de tu omega? —se burló Ron.

—Blaise hizo cara de niño contrariado.

—Es igual —dijo—. No quiero oír tu respuesta. La sonrisa de Blaise era entre avergonzada y traviesa.

—Toma—dijo Ron, ofreciéndole el niño—. ¿Quieres cogerlo?

—Claro. —Blaise cruzó la habitación y tomó al pequeño en brazos. Lo abrazó un instante y luego miró a Ron—. Creo que se parece a mí.

—Lo sé.

Blaise le dio un beso en la nariz a su hijo y le susurró:

—No te preocupes, mi hombrecito. Siempre te querré. Te enseñaré a leer y a contar y a montar a caballo. Y te protegeré de las personas más horribles de este mundo, sobre todo de esa tal Whistledown...

Y en una pequeña y elegante habitación, no muy lejos de Zabini  House, una joven estaba sentada en su escritorio con una pluma y un tintero y cogió una hoja de papel.

Con una sonrisa en la cara, mojó la pluma y escribió:

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

19 de diciembre de 1817

¡Ah!, Amable lector, esta autora está encantada de comunicarle que...

LE COEUR DU DUC (EL CORAZÓN DEL DUQUE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora