CAPITULO 17

128 11 1
                                    

—No hay nada más agotador que una excursión familiar con los Nott Weasley.

—Ah, eso. —Blaise tuvo que apartarse a la derecha para no chocar con George,que pasó por su lado como una exhalación gritando el nombre de Fred y diciendoalgo sobre barro y venganza
—. Es, bueno, una nueva experiencia.

—Por decirlo de manera educada, ¿verdad, duque? —Dijo Ron—. Me has dejado impresionado.

—Sí, bueno...— Dio un salto hacia atrás cuando Fred pasó corriendo por sulado y gritando tan fuerte que Blaise pensó que todos los perros desde Greenwich hasta Londres empezarían a aullar

—. Yo no tengo hermanos.

Ron suspiró, melancólico.

—Sin hermanos —dijo—. Ahora mismo esas palabras me parecen celestiales.

—Siguió con la mirada perdido unos instantes más, luego se irguió y volvió a la realidad

—. Sin embargo, en cualquier caso... —Alargó el brazo justo en el instante en el que George pasaba corriendo junto a él y lo cogió con fuerza por la parte alta del brazo

—. Greorge Nott Weasley —le riñó—, deberías saber que no puedes ir corriendo así entrela gente. Puedes hacerle daño a alguien.

— ¿Cómo lo has hecho? —preguntó Blaise.

— ¿El qué? ¿Cogerlo?

—Sí. Ron se encogió de hombros.—Años de práctica.

— ¡Ron! —gritó George. Todavía lo tenía agarrado por el brazo.Lo soltó.

—Pero no corras.George dio dos grandes pasos y salió al trote.

— ¿No hay reprimenda para Fred? —preguntó Blaise.

Ron  hizo un gesto con la cabeza.—Al parecer, mi madre se encarga de él.

Blaise vio que Arthur estaba riñendo a Fred agitando el dedo índice conbastante vehemencia. Se giró hacia Ron.

— ¿Qué estabas diciendo antes de que Georgr apareciera en escena? Ron parpadeó.

—No tengo ni idea

—Creo que estabas a punto de deshacerte en elogios ante la idea de no tener hermanos.

—Sí, claro —dijo, riéndose, mientras el resto de la familia subía por la colina

—.Aunque no te lo creas, iba a decir que a pesar de que la idea de la soledad eterna pueda resultar tentadora a veces, creo que me sentiría muy solo sin familia.

Blaise no dijo nada.

—No me imagino teniendo sólo un hijo —dijo Ron.

—A veces —dijo Blaise, triste —, no queda otra opción.

Ron  se sonrojó.—Lo siento mucho —dijo, parándose en seco sin poder avanzar

—. Tu madre. Lo había olvidado... Blaise se quedó a su lado.

—No llegué a conocerla—dijo, encogiéndose de hombros—. Por eso tampoco la eché de menos.

Sin embargo, el dolor se reflejaba en sus pálidos ojos negros oscuros, y Ron supo quee staba mintiendo.

Y, al mismo tiempo, sabía que  Blaise se creía totalmente aquellas palabras.Y Ron se preguntó qué le habría podido pasar a ese hombre para que se mintiera así mismo durante tantos años.

Observó su cara, ladeando un poco la cabeza. El viento le había sonrojado las mejillas y alborotado el pelo. No parecía sentirse cómodo bajo la mirada de Ron, así,que dijo:

LE COEUR DU DUC (EL CORAZÓN DEL DUQUE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora