CAPITULO 5

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A continuación, dio un golpe tan fuerte con el bastón en el suelo que Ron dio un saltito hacia atrás y pisó a Charlie.

— ¡Ay! —exclamó su hermano.

Ante la repentina mudez de sus hermanos, excepto Charlie, aunque aquel quejido no podía considerarse una palabra articulada, Ron respiró hondo y dijo:

—Espero no haberle dado esa impresión, lady Mcgonagall, porque...

—Tú no —dijo lady Mcgonagall, categóricamente. Levantó el bastón y lo sostuvo en posición horizontal, con la punta peligrosamente cerca del estómago de Theo—. Ellos.

–Pido disculpas mi Lady Mcgonagall por no ir a saludar después de mi llegada dijo Percy.

–Un gusto en verlo nuevamente aquí Duquesa Wood, usted no es el problema Duquesa si no sus hermanos.

Como respuesta, obtuvo una serie de efusivos saludos. Lady Mcgonagall y les dedicó una breve mirada a los chicos y luego volvió a dirigirse a Ron.

—El señor Finnigan te estaba buscando.

A Ron se le erizaron todos los pelos.

— ¿Ah, sí?

Lady Mcgonagall asintió.

—Señorito Nott Weasley, yo de usted cortaría esto de raíz.

— ¿Le ha dicho dónde estaba?

Lady Mcgonagall le mostró una sonrisa cómplice.

—Siempre supe que me gustarías al igual que la Duquesa Percy Wood. Y no, no se lo he dicho.

—Gracias —dijo Ron, agradecido.

—Si te ataras a ese bobalicón, todos perderíamos a una persona muy sensata — dijo lady Mcgonagall

—. Y Dios sabe que lo último que necesitamos es echar a perder la poca sensatez que nos rodea.

—Muchas gracias —dijo Ron.

—En cuanto a vosotros —dijo lady Danbury, agitando el bastón frente a los hermanos de Ron y Percy —, me reservo la opinión. Tú —dijo, dirigiéndose a Bill

—,me resultas simpático por el mero hecho de haber rechazado la oferta de Finnigan por el bien de tu hermano omega, pero los demás... Hmmmph. Y se fue.

— ¿Hmmmph? —Repitió Charlie —. ¿Hmmmph? ¿Pretende cuantificar mi inteligencia y lo único que se le ocurre es Hmmmph?

Ron sonrió.

—Me aprecia.

—Le resultas agradable —refunfuñó Theo.

—Ha sido muy amable al ponerte sobre aviso con lo de Finnigan —reconoció Bill.

Ron asintió.

—Creo que eso quiere decir que tengo que irme. —Se giró hacia Bill y Percy con una mirada de ruego—. Si pregunta por mí...

—Yo me encargo —dijo su hermano—. No te preocupes.

—Gracias.

Y después, con una sonrisa, se alejó de sus hermanos.

Mientras Blaise se paseaba tranquilamente por los salones de la casa de lady Mcgonagall, se dio cuenta de que estaba de muy buen humor. Y aquello era irónico, pensó, porque estaba a punto de entrar en un salón lleno de gente y enfrentarse a los horrores que Theo Nott Weasley le había relato aquella misma tarde.

LE COEUR DU DUC (EL CORAZÓN DEL DUQUE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora