CAPITULO 14

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Los Alfas son como las ovejas. Donde va uno, los demás lo siguen.REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY HAGWORTS,30 de abril de 1813

Ron pensó que, después de todo, Bill y Theo se lo habían tomado bastante bien.Desde que Blaise terminó de explicarle su plan (con, tenía que admitirlo,frecuentes intervenciones por su parte), Bill sólo había levantado la vozvsiete veces.

Eran unas siete menos de las que Ron había esperado.Al final, después de rogarle a sus hermanos que estuviera callado hasta que Blaise y él hubieran terminado, Bill  asintio, cruzó los brazos y cerró la boca durante el resto de la explicación. Su ceño fruncido bastaría para hacer temblar a las paredes pero,cumpliendo su palabra, no dijo nada.

Hasta que Blaise terminó con un:—Y eso es todo.Silencio. Silencio sepulcral. Durante unos diez segundos, nadie pronunció una palabra, aunque Ron hubiera jurado que había oído el crujir de las órbitas ocularesmientras movía los ojos hacia sus hermanos y a Blaise.Y entonces, Bill dijo:— ¿Estáis locos?—

Ya me esperaba que reaccionaría así —dijo Ron.

— ¿Es que habéis perdido el juicio? —La voz de Theo se hizo presente se convirtió en un rugido.—. No sé quién de los dos es más idiota.

— ¡Quieres bajar la voz! —dijo Ron, casi susurrando—. Mamá va a oírte.

—Mamá va a morirse de un ataque al corazón si se entera de esto —dijo Bill,sacando fuego por la boca, aunque hablando en voz baja.

—Pero no va a enterarse, ¿verdad? —dijo Ron.—No, claro que no —respondió Bill, levantando la mandíbula.

—. Porque estafarsa termina aquí y ahora. Ron se cruzó de brazos.

—No puedes hacer nada para detenerme. Bill miró a Blaise.—Puedo matarlo.

—No seas ridículo.

—Hay quien se ha batido en duelo por mucho menos.

— ¡Sí, pero eran idiotas!

—No voy a discutir el calificativo en lo que a él respecta.

—Si puedo decir algo —dijo Blaise, tranquilamente.

— ¡Es el  mejor amigo de Theo! —exclamó Daphne.

—No —dijo Theo, y esa sílaba salió de su boca con una voz de lo máscontenida—. Ya no.

Ron se giró hacia Blaise.— ¿Es que no vas a decir nada? Blaise dibujó una media sonrisa. 

— ¿Cuándo? Si no me habéis dejado.

Bill le dijo:—Quiero que salgas de esta casa.

— ¿Antes de poder defenderme?

—También es mi casa —dijo Ron, bastante alterado—. Y quiero que se quede.

Bill miró a su hermano menor y la exasperación se hizo evidente en cada centímetro de su cuerpo. —Está bien —dijo—. Os doy dos minutos para defenderos. No más.

Ron miró a Blaise, preguntándose si querría utilizar los dos minutos él. Sinembargo, Simon sólo se encogió de hombros y dijo:—Adelante. Es tu hermano.

Ron respiró hondo, apoyó las manos en las caderas sin darse ni cuenta, y dijo:—En primer lugar, debo decir que tengo mucho más a ganar en esta alianza que Blaise. Él dice que quiere utilizarme para mantener a las demás chicas y omegas...

—Y a sus madres —interrumpió Blaise.

—Y a sus madres, alejadas. Pero, sinceramente —antes de continuar, miró a Blaise—, creo que se equivoca. Las demás chicas  y omegas no van a dejar de perseguirlo sólo porque crean que ha entablado una relación con otra chica o Omega , sobre todo si ese Omega soy yo.

LE COEUR DU DUC (EL CORAZÓN DEL DUQUE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora