CAPÍTULO 40

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Parece que el matrimonio de la temporada se ha echado a perder. La Duquesa Zabini regresó a Londres hace dos meses y esta autora todavía no ha visto por ningún lado a su marido, el duque.

Se rumorea que no está en Clyvedon, el castillo donde la feliz pareja pasó la luna de miel. En realidad, esta autora no encuentra por ninguna

Parte a nadie que la pueda informar de su paradero. Si la duquesa lo sabe, No se lo ha dicho a nadie y, es más, apenas se presenta la oportunidad de preguntárselo porque sólo acepta la compañía de su extensa familia.

Por supuesto, el objetivo e incluso el deber de esta autora es descubrir las razones de este distanciamiento, aunque esta autora debe Confesar que incluso ella está perpleja. Parecían tan enamorados…

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,

2 de agosto de 1813

EL viaje duró dos días, que fueron dos días más de los que a Blaise le hubiera gustado estar a solas con sus pensamientos. Se había llevado varios libros para entretenerse durante el largo viaje, pero cada vez que abría uno, se quedaba abierto encima de las rodillas.

Era difícil concentrarse en otra cosa que no fuera Ron y era todavía más difícil concentrarse en otra cosa que no fuera su futura paternidad.

Cuando llegó a Londres, dio órdenes al cochero de que fuera directamente a Nott Hause Llevaba la ropa de viaje y seguramente podría ir a cambiarse, pero en los dos últimos días no había hecho otra cosa que repasar mentalmente lo que quería decirle a Ron, así que no tenía demasiado sentido retrasarlo más de la cuenta.

Sin embargo, cuando llegó a Noot House descubrió que no estaba allí.

—¿Que quiere decir? —preguntó Blaise, furioso, sin pensar que el mayordomo no había hecho nada para ganarse su ira—. ¿La duquesa no está aquí?

El mayordomo lo miró fijamente y le dijo:

—Quiero decir, señor, que no está en casa.

—Tengo una carta de mi esposo… — Blaise empezó a buscar por los bolsillos pero, maldita sea, no encontraba el papel—. Bueno, en alguna parte tengo una carta de mi esposo —dijo—. Y en ella me comunica que se ha trasladado a Londres.

—Y así es, señor.

—¿Y dónde demonios está? —gritó Blaise

El mayordomo se limitó a arquear una ceja.

—En Zabini House, señor.

Blaise cerró la boca. Había pocas cosas más humillantes que quedar en ridículo

Ante un mayordomo.

—Después de todo —continuó el mayordomo, disfrutando de la situación—, está casado con usted, ¿no es cierto? Blaise lo miró.

—Debe estar bastante seguro de su posición. —Bastante.

Blaise asintió, ya que su honor no le permitía darle las gracias al mayordomo, y se fue, sintiéndose el mayor estúpido del mundo. Claro que se había ido a Zabini House. Al fin y al cabo, no lo había abandonado; sólo quería estar cerca de su familia.

Si hubiera podido, él mismo se habría golpeado de vuelta al carruaje. Sin embargo, dentro del carruaje sí que lo hizo. Nott  House estaba al otro lado fe Grosvenor Park. Habría tardado la mitad si hubiera ido a pie.

LE COEUR DU DUC (EL CORAZÓN DEL DUQUE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora