-Bueno, ¿qué tal estoy?- Dijiste.
Era la noche del baile. Los últimos dos días fueron agotadores. Preparar un baile con tan poco tiempo era una tarea complicada, pero demostrasteis que no era imposible, en parte gracias a la enorme cantidad de voluntarios que se ofrecieron a ayudar. La sala quedó irreconocible, y tú estabas orgullosa de tu trabajo, sería un baile memorable.
-Preciosa- Te dijo Marilyn, acercándose a ti. -¿Cuándo te has comprado ese vestido?
Sonreíste maliciosamente mientras te ponías los pendientes.
-Ayer. Tenía que ir al pueblo a buscar mi coche y ya aproveché.- Dijiste, mirándote en el espejo. –Eh, pelirroja, tú tampoco estás nada mal.
-Gracias.- Suspiró. –Espero que no haya problemas hoy.
-No lo creo, normalmente cuando más jaleo hay, en menos líos se meten.-Bromeaste.
-¿Eso lo dices por experiencia?
-En realidad, yo me metía en líos siempre.- Dijiste guiñando un ojo.
Bajasteis hasta el patio, donde un montón de jóvenes vestidos de blanco esperaban impacientes al comienzo del baile.
-Voy a decirle al Dj que puede empezar la fiesta.- Te dijo Marilyn, entrando a la sala. Tú asentiste y miraste a tu alrededor. Un sentimiento de nostalgia inundó tus pensamientos. Por un momento deseaste volver atrás en el tiempo y vivir esa noche como una alumna más.
La música empezó a sonar y la pelirroja volvió a tu lado, haciendo gestos a los alumnos para que fueran entrando.
Poco a poco parejas de estudiantes se aproximaron a la entrada. Estaba todos mucho más elegantes de que de costumbre, y la mayoría iba de blanco, tal y como sugeristeis.
-Buenas noches Srta. Weems, Srta. Thornhill.- Xavier Thrope se aproximó a vosotras, caminando del brazo junto a Bianca Barclay. Intentaste disimular una expresión de desagrado ante la sirena.
-Buenas noches, Thorpe, vaya qué guapo estás.- Dijiste mirándole de arriba abajo. –Estáis.- Dijiste también a Bianca, para disimular.
-Gracias.- Dijeron formalmente.
-Disfrutad del baile chicos.- Dijo Marilyn, haciéndoles un gesto para que entraran.
-¿No la soportas, eh?- Te preguntó, susurrándote.
-No es nada personal.- Dijiste, inclinándote un poco para intentar ser discreta. La siguiente pareja te sorprendió un poco. Era Enid, pero el chico que la acompañaba era la auténtica sorpresa.
-Sinclair.- Le dijiste a la joven, que asintió educadamente.- Esto... pásalo bien.- Dijiste rápidamente. Marilyn te miró extrañada, mientras asentía a los demás alumnos que iban entrando.
-¿Qué pasa?- Preguntó.
-No me puedo creer que haya venido con el hijo del alcalde.- Dijiste, negando con la cabeza.
-Yo pensaba que salía con ese chico... Ajax.
-Yo también, no sé que necesidad hay de venir con ese imbécil.- Protestaste.
-Relájate, cielo. Esta noche es para disfrutar.- Te susurró la pelirroja.
Los alumnos seguían llegado y por cada uno que pasaba, hacías un comentario chismoso. En cierta manera era divertido ver las cosas desde fuera. No sabías cuánto te habrías perdido si lo hubieras visto así en tus años de estudiante.
-Ey, Weemsy.- León te sacó de tus pensamientos, con ese apodo que odiabas. –Caramba estás guapísima.
Miraste furiosa al vampiro y luego sonreíste desganada.
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Las cenizas de un corazón roto
AdventureTu nombre es Sarah Weems. Tu tía te insintió para que ocuparas el puesto de profesora de arte en la academia Nunca Más, pero tú lo rechazaste. Vivías tu vida en Boston junto a tu novia, Emily. Todo cambió después de pedirle matrimonio. Ella rechazó...