Capítulo 21: Las llaves de la confianza

149 12 0
                                    


-¿Entonces no sabes nada?- Preguntó tu amigo mientras caminabais por la escuela.

-León, te juro que si me vuelves a preguntar por el baile...- Dijiste casi gruñendo.

-Sólo quedan dos semanas y aún nadie nos ha dicho una sola palabra. Pensé que tú al ser profesora...

-No soy todopoderosa. No lo sé todo.- Dijiste molesta, divisando el invernadero en el horizonte.

-¿Podrías al menos preguntar a la Srta. Thornhill? Ella preside el comité de este año.

Sonreíste al oír su nombre, ya no podías evitar hacer ese tipo de cosas. Aunque la atenta mirada de tu tía estaba desde esa noche sobre vuestras cabezas.

-Bueno, eso sí que puedo hacerlo.- Dijiste contenta. –Precisamente iba a verla ahora.

-Oh, genial, me lo vas a decir, ¿verdad?- Preguntó suplicante.

-Que sí, pesado, ¿no tienes cosas mejores que hacer?-Preguntaste al llegar a la puerta del edificio. Él se dio la vuelta, exagerando la sonrisa.

Llamando suavemente abriste la puerta. Ella dejó unos papeles y te sonrió, buscando posibles ojos fisgones por encima de tu hombro.

-Te he echado de menos.- Dijiste acercándote desde atrás, agarrándole suavemente por la cintura. Marilyn hizo un movimiento para apartarte pero no te dejaste.

-Sarah, si tu tía nos ve...- Dijo con la voz temblorosa.

-Oh, por favor.-Dijiste, soltándola. –A ver si resulta que va a ser peor que lo sepa a que no lo sepa...

-Supongo que lo irá aceptando poco a poco.- Te dijo, dándose la vuelta.

-Ya...-Suspirando.- Oye, lo chavales están empezando a acosarme con preguntas sobre el baile.

-¿El baile? Oh Dios mío.- Dijo Marilyn, apoyándose en la mesa con los codos. Tú sonreíste y te pusiste a su altura.

- Oh, oh. ¿Alguien se ha olvidado?- Preguntaste divertida. Ella negó con la cabeza.

-No me he olvidado...- Suspiró. –Simplemente no he encontrado tiempo para organizarlo.

-Vamos, que te has olvidado.- Dijiste con la voz bromista.

-Todo el asunto del monstruo, de tu tía...- Dijo incorporándose.

-Lo sé, tranquila. Si me lo pides como es debido, puede que te ayude...- Susurraste. Marilyn sonrió y se acercó un poco a ti.

-Por favor, chica de fuego, ayúdame.- Te dijo muy cerca de ti.

Fingiste pensártelo cruzándote de brazos. La miraste con media sonrisa y te señalaste los labios con el dedo.

-Vamos, esfuérzate un poco más.

Ella terminó de cerrar la distancia entre vosotras dándote un pequeño y discreto beso.

-Está bien, te ayudaré, pero antes vamos a cenar, me muero de hambre.

Fuisteis hacia el comedor. Mientras caminabas pensabas en ideas para el baile. Fuiste a unos cuantos cuando estudiaste ahí. Era una fiesta que te encantaba, además allí es donde diste tu primer beso.

Os sentasteis en una mesa un poco apartada. Con el jaleo que solía haber allí, sería imposible hablar si no.

-¿Se te ocurre algo?- Te preguntó.

-Bueno, uno de los años que estuve aquí, hubo un cambio de planes de última hora. Recuerdo que iba a ser una fiesta temática de criaturas extintas, pero el comité del baile pensó que tal vez algún alumno podría sentirse ofendido, ya ves, qué gilipollez.

Las cenizas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora