--Capítulo 8--

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 La semana llegó a su fin, terminé el trabajo, lo entregué, fui a clases, no pasó nada fuera de lo normal.

Aquello que me atemorizaba no volvió a aparecer, me había dejado tranquila...por el momento, tampoco quería gafarlo diciendo que ya no estaba.

Tampoco había visto a Adira desde ese día, era como si ya ninguna supiera nada de la otra.

Emery seguía desapareciendo y apareciendo como a ella le placía.

Pero bueno, hoy era sábado, no había clases, podía descansar y por la noche ir a la fiesta de iniciación de alumnos, la que Emery me dijo, pero si soy sincera, no sé qué es lo que pasaría en la fiesta.

Por supuesto sabía que es mejor que iba a pasar esta semana, pero no me acuerdo de haber estado en ninguna, solo sé que se bebe, se baila y se socializa.

Siendo lo último lo que mejor me vendrá, a parte de lo segundo y lo primero puede que un poco.

Puede que quiera un poco de todo, pero ese no es el punto ahora.

Era bastante tarde, casi la hora de comer, además si no me obligaban tampoco iba a madrugar, para un día que podía dormir, que llevo toda la semana despertándome temprano, me merezco el premio de dormir más.

Pero bueno eran las una y media, así que debía ir a comer en breves, me puse lo primero que pillé y me fui, porque tenía bastante hambre.

Fue llegar al comedor principal y verlo repleto de gente, mesas alargadas llenas de comida y de personas.

Siendo la comida en estos momentos lo que más alegrara mi vista.

Los días de clase exceptuando los viernes y fiestas se iba a la cafetería, pero los fines de semana y los días que no se comía en la cafetería se iba al comedor principal, que para mi gusto es mucho más bonito que la cafetería.

Problema, era más difícil encontrar a alguien.

Y buscar a una pelirosa la verdad que no era fácil.

Pero sin creermelo la encontré, estaba en una mesa junto a Adira, lo que me pareció raro, ellas no se conocían de absolutamente nada.

Me acerqué y sí, efectivamente eran ellas.

-Hola- saludé para sentarme al lado de Emery.

-Hola- dijeron las dos al unísono de forma agradable.

-Luego supongo que irás a la fiesta- me dijo Adira.

No sé en qué momento nos empezamos a llevar tan bien, no nos habíamos visto en toda la semana y la verdad que el día que me ayudó lo hizo demasiado agradablemente.

Puede que en su momento la juzgara mal y que ella lo hiciera también conmigo.

-Claro- le respondí sonriente.

-Más te vale ir bien, a las fiestas hay que ir..., tú me entiendes- me dijo Adira, al mismo tiempo que hacía gestos para darle más energía a lo que decía.

-Tampoco te pases Adi- dijo Emery.

-Iré con lo primero que pille- respondí riéndome.

-Ni se te ocurra, aunque eso no sea muy tu estilo intenta aunque sea, no sé...

-Que sí, que te entiendo- solté interrumpiéndola.

-Bueno toma- dijo Adi, dándome un papelito.

Se ve que dar papeles para la información secreta era algo habitual, la última vez también hicieron lo mismo.

Pero sinceramente pensaba que no era la forma más adecuada, era algo que se podía filtrar con gran velocidad.

Al rato terminamos de comer y nos fuimos a nuestros respectivos dormitorios, para más tarde encontrarnos ya en la fiesta.

Cuando entré en mi dormitorio no sabía qué ponerme, y tampoco me iba a marear mucho, así que abrí mi armario y miré.Lo que dije hace unos segundos de que no iba a marear, mentira, ya lo estaba haciendo.

Después de tanto mirar encontré un vestido rosa ceñido, de tela hermosa, era corto.

Cogí unas botas altas y un collar.

Antes de vestirme, fui a ducharme, y con la tontería ya tenía que estar la fiesta más que empezada, y mira que me duché temprano, pues nada, ni así.

Una vez ya vestida me fui hacia la dirección.

"Patio- fuente- rosa negra"

La verdad que era algo poco común ver eso, no creo ni que ellos lo entiendan.

Para empezar fui al patio, que era bastante grande, y lleno de flores hermosas, de suelo verde y caminos de piedra, que si eran seguidos podías ver con claridad aquella fuente.

Hacía más frío que un congelador, por lo quería irme del patio cuanto antes.

Probablemente serían las 23:00, pero no me juzguéis, he tardado y no sé ni porqué.

Me acerqué y empecé a buscar la rosa negra.

Y no parecía ser difícil, pero lo era, porque no veía ninguna, todas las flores eran de colores más animados.

Pero fue cuando se me vino a la cabeza que podía ser parte de la fuente y no las flores de su alrededor.

Aquella fuente era blanca, rodeada de flores, con un angelito en su punto más alto, y si te fijabas en el suelo de esta había flores talladas.

Intenté buscar la flor negra, pero nada, parecía ser que no existía.

Tras un rato me fijé que el cielo daba en la fuente y oscurecía su color, por lo que miré  al suelo y vi una rosa más oscura que el resto.

Me metí en la fuente, mojándome las botas, que menos mal que se podían mojar.

Pisé esa rosa y una parte de ese suelo se abrió dando lugar a una escalera.

Rurnore: OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora