Intenté inhalar la mayor cantidad de aire posible, para así tranquilizarme.
El nerviosismo se apoderaba de mis sentidos.
Pero, ¿por qué tanto miedo?, no había abierto los ojos aún.
No sabía incluso si lo estaba escuchando de verdad.
Quizás lo que ha ocurrido durante estos días me había dejado algo tocada, a pesar de parecer poca cosa cuando las cuentas.
Ahora mismo me pongo a contar lo que ha ocurrido y tampoco lo veo para tanto, pero es imaginarlo, o verlo otra vez y algo en mí hace que mis vellos se ericen.
Es una sensación que recorre la sangre.
Cuando mi respiración se normalizó abrí los ojos lentamente y vi un rostro borroso que me resultaba familiar.
Los abrí cada vez más rápido y el rostro acabó tomando forma de manera casi instantánea.
-ADI- grité llena de alegría para luego tirarme a sus brazos y abrazarla por completo.
-Ni que no me hubieras visto desde hace años- me dijo ella riéndose.
-No importa el tiempo, has aparecido en el momento exacto.
-Bueno, y ¿a qué se debe que estés ahora despierta?- me preguntó al mismo tiempo que el abrazo finalizaba.
-Me he despertado de la nada y he empezado a ver cosas, he ido a buscarte y no te encontraba.
-De ahí la alegría, ya entiendo.
- ¿Y tú?
-No he dormido esta noche directamente, he tenido alguna que otra clase nocturna y ahora no puedo dormir, bueno cuéntame un poco más lo que ha pasado.
-Me desperté y decidí ir a dar una vuelta, después vi las puertas de la biblioteca abierta, me asomé y no vi nada, seguí hacia delante y en una ventana encontré viscosidad de Mutare.
-Bueno, pues tocará ir a verlo- dijo ella empezando a caminar.
Fui detrás suya.
Según cómo entrábamos en las instalaciones de la escuela la leve brisa del viento cesaba y mi inquietud se multiplicaba.
No podía parar de pensar si lograríamos entre las dos alcanzar aquello que me hacía perder la cabeza, no importaba si fuera la sombra de los fallecidos o el Mutare, cualquiera de las dos opciones me valía, pero ¿y si yo sola necesitaba dejar de perder la cabeza por otras cosas?
Puede que tenga algo de miedo de afrontar todo esto, de pensar que en cualquier segundo mi realidad actual se puede ver alterada, o estar viviendo en una inexistente.
Puede que tenga miedo a volver al principio, donde aquello me perseguía y yo estaba sola, y sé que este miedo se acabará desvaneciendo por completo, ya que es solo una etapa de mi vida en un mundo oculto.
Sé con certeza que el olvido acabará siendo un capítulo de las hojas del libro de mi vida y que este caerá más en él que ni yo sabré si una vez aprendí a olvidar.
Sin darme cuenta estábamos en las puertas de la biblioteca.
-Las puertas siguen abiertas, ¿qué hacemos?, ¿entramos?- me preguntó.
-¿Por qué no?
Después de decir eso entramos y lo primero que hice fue mirar los relojes, que al parecer funcionaban, así que eso de la última vez ya había parado.
Nos adentramos, las luces permanecían apagadas y nada aparecía en nuestro campo de visión.
Si que es verdad que yo sentía algo extraño en aquel lugar, algo que no se captaba con la vista, el tacto, el olfato o el gusto, si no que se captaba mediante otro sentido que es inexistente, pero que al parecer algunos desarrollan, no estoy diciendo que ese sea mi caso, solo digo que en ese preciso instante estaba notando algo que no encajaba, no tenía que ver con Adira, ni con nada cercano a nosotras o eso creo por el momento.
-Silas, kaan y Ace, ¿estaban también en clase?- le pregunté a Adi.
-Sí, todos menos Silas, se ve que no le apetecía ir hoy.
-Oye, no estamos viendo nada, ¿no será mejor que te enseñe lo de la ventana?- le dije.
-Pues la verdad que sí, me aburro.
Justo cuando ella dijo esas palabras escuchamos algo, pero yo no sabría decir de donde provenía.
-¿Adi para qué hablas?
-Mejor a ver si ya acabamos con esto, quédate detrás mía.
-No hace falta que me cubras tanto- le dije mostrándole la daga que había cogido antes.
Adira miró la daga y rio.
-Es que no puedes estar sola ni un segundo- dijo riéndose.
-No iba a quedarme quieta mientras algo me puede matar.
-¿Sabes utilizarla?
-Me ha ensañado tu hermano- dije provocando que después ella me mirara con cara de sorpresa.
-No sabía que mi hermano se dedicara a eso.
-No lo hace, pero hemos coincidido varias veces y me ha ayudado.
Adi no dijo nada más.
Ella después de saber eso paró de cubrir tanto, como si tuviera algo de confianza en que pudiera defenderme, cosa que antes no notaba.
El ruido al parecer provenía de nuestra derecha, pero no había absolutamente nada, así que buscamos durante un rato y nada se hizo presente.
Salimos y cerramos las puertas.
Después la llevé hasta donde encontré la viscosidad.
-Está en esa ventana- le dije.
Nos acercamos y yo me quedé mirando nuestras espaldas por si algo venía poder verlo con claridad.
-Dione no hay nada- me dijo Adira.
-Cómo que no- dije a la vez que me giraba bruscamente.
-Pues que no hay nada, cero.
-No puede ser, Adi te prometo que estaba ahí, y que de ventana no me he confundido, te lo juro, de hecho...- dije hasta ser interrumpida.
-Te creo, no te alteres, es lo último que queremos ahora- me dijo con un tono cálido en su voz.
-Entonces, ¿qué hacemos?- le pregunté.
-Irnos a nuestros cuartos.
-¿Puedo ir con vosotros?, si te soy sincera no me agrada la idea de ir sola por el pasillo.
Ella asintió con la cabeza y comenzamos a caminar.
-¿Qué pudo haberlo borrado?- le pregunté.
-El que lo controla- dijo demasiado seria.
-Entonces, alguien está contra nosotros.
-Puede, a lo mejor no, pero sé segurísimo que es alguien el que está controlando el Mutare.
-De verdad, ¿eso no se pudo ir solo?
-Los señores de la limpieza, ¿no?, Dione te estoy diciendo que alguien lo ha quitado para eliminar pruebas- dijo aumentando la seriedad en sus palabras.
-También es verdad, pues habrá que saber quien es el imbécil que no nos deja.
Sinceramente estoy harta, porque si es alguien el que me está jodiendo que se vaya preparando, porque puede que haya perdido la memoria, que esté algo perdida, pero yo siempre las devuelvo sin importar absolutamente nada.
Así que prepárate.
Si juegas con fuego te quemas.
ESTÁS LEYENDO
Rurnore: Ocultos
FantasyA veces una simple historia es capaz de sellar el secreto más oscuro. El caos se puede desatar con una simple palabra y se puede frenar con un derramamiento de sangre. Algo se puede perder igual de rápido que lo hacen los granos de arena de un reloj...