-Capítulo 21-

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-Vámonos, ya tenemos lo que queríamos- dijo Ace.

Asentí con la cabeza y salimos, me dirigí a la cama de Adi y me tumbé, mirando hacia arriba.
La daga se encontraba en mis manos y yo la elevaba para ponerla enfrente de mis ojos y observar detenidamente una y otra vez.

-¿Por qué la miras tanto?- escuché por el lado izquierdo al rato.

Miré hacia él y Ace se encontraba arrodillado con los brazos puestos sobre la cama, me miraba al igual que yo lo hacía con la daga, detenidamente observando cada detalle.

-No sé, me sorprende que haya pasado esto.

-¿Casualidad?

-No creo, hay algo que no me encaja.

-Los hilos del destino, cada uno de nosotros estamos unidos por hilos que determinan nuestro futuro, puede ser que estos hayan decidido lo que me ha sucedido.

Es la primera vez de todo lo que conocí a Ace que decía algo bonito, ahora estaba siendo menos capullo.

Le miré extrañada como respuesta de lo que había dicho.

-Oye, ¿por qué me miras así?- me preguntó.

-Quizás porque nunca has dicho algo bonito,¿estás bien?

-Puede que no, mejor me voy- dijo quitando la mirada que tenía hasta hace unos segundos.

Ahora era más serio y parecía haber cambiado por completo.
Se levantó y se fue.

A mi no me dio tiempo de decir nada más como si él hubiera querido eso.

Pero bueno seguiré con el trabajo.
Tenía que hacer el escrito a la maestra e ir a enseñarle el objeto.

Así que para hacer el escrito me inventé algo, ya que no quería decir el conjuro que habíamos llevado a cabo Ace y yo.
Cualquier cosa era útil, y no creo que sospeche.

Una vez escrito, me dirigí a su despacho.
Me perdí un poco, ya que nunca había ido a su despacho.e
Pero afortunadamente llegué.

Era amplio, desordenado, parecía ser que no era maniática del orden, tenía bastantes plantas y sobre la chimenea se encontraba varios botes con líquidos en su interior, a sus lador diversos minerales que eran poco comunes.

Llamé a la profesora y nadie respondió, por lo que decidí esperar un tiempo hasta que a los minutos la vi.

-Hola, ¿qué puedo hacer por ti?

-Profesora el trabajo ya lo he terminado...

-Lo suponía, dame el escrito y enseñame el objeto, después de eso puedes irte.

Le dejé el escrito sobre la mesa y le enseñé la daga, se quedó mirándola detenidamente.
Su cara parecía normal, nada del otro mundo, no me preguntó nada, simplemente dejó de mirarla y se dirigió a su mesa donde mi escrito se encontraba, yo como respuesta a eso me fui sin decir nada.

Ahora ya podía hacer lo que me diera en gana.
Y sinceramente no tenía ni idea de qué hacer.
Podría investigar o la academia de forma física o su historia.

Estaba caminando hacia mi dormitorio.
Mientras pensaba en que me interesaría ahora.
Todo estaba siendo algo lioso, había que conocer demasiadas cosas desde lo que yo me ocultaba hasta lo que el mundo me estaba ocultando.

Debía descubrir porque estaban esas sombras por aquí ahora, que es lo que quería hacer el mutare, que es lo que ocurrió después del baile de las rosas blancas y millones de cosas más.

QUÉ LÍO.

Abrí la puerta de mi dormitorio nada más verla.
Entré y me senté en la silla de mi escritorio.
Los libros seguían aún sobre la mesa y el grimorio también.

Lo abrí para saber si algo había ocurrido mientras no estuve, pero todo parecía normal.
Pasé sus páginas y las observé todas.

Cuando iba a tocar el grimorio para cerrarlo un leve viento movió sus hojas hasta tal punto que llevó casi al final de este, y se encontraba ahí varias frases que antes ya habían sido escuchadas por mí, además de haber también dibujos de situaciones que ya había vivido.

No sabía nada de que era este grimorio, pero puede que un simple libro con palabras sepa lo que mostrar y que no, que según lo que ya hemos vivido enseñe lo debido.

Me resultaba extraño todo eso.
Lo cerré y aparté.

Me eché hacia atrás en la silla, miré hacia el techo.
Suspiré de cansancio.

Creo que ya es hora de empezar a avanzar en lo desconocido, de saber algo más.
De conocer a las sombras que se ocultan, lo que se transforma, de lo que se desconoce.
Conocer algo más de todo esta historia.

Voy a organizarme un poco.
Cogí una libreta y empecé a anotar todo lo que había ocurrido hasta ahora en modo resumen.
Palabras sueltas e importantes con dibujos que me hacían conocer más a lo que yo hacía referencia, con algo de información sacada de los libros.

Hice un apartado especial en este.
Le di la vuelta a la libreta y en este caso empecé a escribir por detrás.

El título de este sería: ¿Qué es lo que oculto?

Rurnore: OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora