🐈‍⬛ Prólogo 🐈‍⬛

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Muchas historias se han contado a lo largo de los años, algunas permanecen en el olvido y otras deambulan por los oídos mortales, pero esta solo pasa de generación en generación.

La familia Dupont es reservada, muy pocos son capaces de acercarse a ellos, pero la infinidad de rumores que hay alrededor de cada integrante causa curiosidad en la gente de Lambert.

Se dice que hace muchos años, un hombre de porte impecable pensó que tenía el mundo a sus pies. Era consciente del atractivo que portaba. Con solo dar un paseo por las calles de Lambert, lograba atraer las miradas y suspiros de las damas.

Se jactaba de que podía tener a cualquier jovencita que quisiera sin esfuerzo. Las ilusionaba hasta obtener lo que quería y después, las dejaba sin importar si rompía su corazón. Para él no existía el amor, solo era diversión.

Un día llegó una desconocida chica a Lambert, caminaba por las calles sin preocupación y con un brillo inocente en sus ojos.

En cuanto Vicent Dupont la vio, quedó cautivado por su belleza, la ambición por tener otro nombre en la pequeña libreta donde atesoraba sus premios, lo segó.

Usó todos los trucos que sabía para obtener su cariño y en poco tiempo logró atraer a la dulce chica con sus encantadores halagos, su mirada intimidante, su fuerte confianza y sus rizos oscuros ligeramente descuidados. La enamoró, tomó su bondad, sus sueños y los convirtió en deseos de venganza.

—Entiéndelo, solo eras un juego para mí. No eres importante —dijo Vincent, mientras observaba cómo las lágrimas recorrían las mejillas de Erin Hubbard.

El hijo menor de los Dupont no sabía que la chica a quien le rompió el corazón ocultaba un gran secreto que muy pocos habían presenciado. Un secreto que corría de voz en voz por cada pueblo de alrededor, algunos solo pensaban que era parte de las leyendas o de los cuentos que se contaban para asustar a los niños, pero Erin Hubbard era la evidencia viviente de que su gente existía.

El amor que sentía por Vincent se convirtió en odio, las lágrimas en gritos desesperados, sus anhelos por una vida junto a él fueron opacados por una fuerte sed de venganza. Poco a poco, el corazón de Erin fue envuelto por una neblina de oscuridad.

La chica Hubbard por años se había negado a usar sus poderes para lastimar a la gente, pero esta vez no le importó pagar el precio de sus actos. Quería que él sintiera el daño que había causado a esas jovencitas que creían en el amor.

Por años, se ha creído que las brujas solo son un mito. Seres que dejaron de existir hace siglos, pero ellas se ocultan frente a la mirada de la gente. Su sorprendente poder es una amenaza para quienes son débiles de cuerpo; el miedo los invadiría fácilmente y causarían más destrucción.

Erin cegada por el odio, usó en su contra lo que más detestaba Vincent. Estaba consciente de que la muerte no sería castigo suficiente, quería condenarlo a vagar por el mundo como un simple gato. Criaturas que aquel joven se negaba a tan siquiera ver.

Una noche de luna llena, los ojos marrones de Erin fueron bañados con el brillo de ese astro. Una capa oscura cubría en su totalidad su cuerpo, pero, aun así, el frío era capaz de llegar hasta lo profundo de su alma.

El grimorio de su familia estaba entre sus manos y se dirigió hacia la luna, quien sería testigo de sus actos. Una maldición que nadie, solo ella, podría revertir.

Se colocó en el centro del círculo que había hecho con sangre; cada gota se impregnó en la tierra e intensificó cada una de las palabras que había escrito dentro.

—Yo, Erin Hubbard, condenó a Vincent Dupont a una vida en el cuerpo del ser a quien desprecia.

Dejó caer un polvo que había creado con distintas hierbas y de inmediato el círculo de sangre se prendió en llamas. Levantó del suelo un saco, en su interior había un gato negro con ojos amarillos. En cuestión de minutos, su vida sería usada para castigar a quien se creía superior a una mujer.

🐈‍⬛ Oscura maldición 🐈‍⬛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora