🐈‍⬛ Oscura maldición 🐈‍⬛

🐈‍⬛ Capítulo 15 🐈‍⬛

Aun con todo el ruido que había a mi alrededor, en lo único que podía pensar era en Adrián Mortimer. Desde lejos parecía un hombre tranquilo pasando una tarde de sábado entreteniéndose con un partido de Lacrosse, pero no puedo dejar que esa fachada de inocente me engañe.

—Profesor Mortimer. —Me acerqué a él con una sonrisa.

Estos últimos días he intentado ganarme su confianza haciéndole creer que quiero que me cuente más sobre mis padres, pero en realidad busco encontrar algún indicio de la maldición en él. 

Su comportamiento es de una persona normal, en sus ojos no hay maldad o al menos sabe fingir. En ningún momento ha mencionado que sabe el secreto de la familia Dupont o los Guardí, pero aún prevalece ese sentimiento de que algo oscuro está por venir y estoy casi segura de que él será el causante de que el infierno se desate.

Limpió sus labios antes de poder responder a mi saludo, sus dedos estaban grasientos por la hamburguesa que se estaba comiendo. Cuando terminó de pasar la servilleta por sus dedos, la tiró al bote de basura más cercano y tomó más de un negocio que está a unos pasos de nosotros.

—No sabía que le gustaba el Lacrosse, Melanie.

—Hace unas semanas empecé a considerarlo interesante, después de todo, mi padre fue un excelente atacante.

Por unos segundos, me percaté de que su mirada cambió ante la mención de mi papá. Reconocía muy bien esos sentimientos; celos y odio, eran los mismos que Marcelo tenía por mí.

—Me imagino que para el otro semestre seguirás sus pasos.

—Dentro de mis planes no está contemplado entrar a alguna actividad de la escuela, pero sería un honor conmemorar a mi padre.

—Qué lástima, me habían comentado que habías heredado muchas cualidades de Emma.

—Y también de mi padre. —Ignore sus intentos por llevar la conversación por otro camino—. Tal vez no me parezca mucho a él, pero su amor por los dulces ha trascendido en mí incluso después de su muerte.

Su cuerpo se tensó, fingió una sonrisa amable y podía percibir cómo sostenía fuertemente las servilletas hasta que ocultó su mano izquierda en el bolsillo de su saco. 

—Me alegra, Melanie, pero si me disculpas, debo supervisar que los chicos no se metan en problemas.

—Adelante, profesor.

Desde que sucedió lo de la fotografía, había descubierto que a Adrián Mortimer no le agradaba mi padre y estaba usando eso a mi favor para revelar su verdadero rostro, sólo debía ser paciente.

—Esa conducta pasiva-agresiva que estás utilizando, no pensé que la vería —comentó Sebastián cuando llegó a mi lado, sosteniendo una bolsa de palomitas.

—He delegado muchas cosas a Aaron, no puedo permitir que algo que puede llegar a afectarme lo deje en manos de alguien que me ha mentido.

—Estoy de acuerdo.

—Sé que es tu padre...

—No eres a la única a la que le ha mentido, Melanie.

Haber escuchado su conversación en la bóveda no solo afectó mi relación con Aaron, también alteró la que tenía con Sebastián. Era consciente de que estaba un poco resentido con su padre por lo del sello, pero los años lograron que limaran asperezas. El problema es que él sabía qué estaba pasando con Álvaro y lo ocultó. Lo peor es que Isabel también estaba involucrada.

—Sé que vinimos por Mortimer, pero al menos podemos ver el juego. No creo que a mi futuro novio le agrade que no lo apoye.

—Lo apoyes o no, sabemos que Makoto te adora y si entretienes a Daniela para que yo pueda estar con Alaia, adelante.