🐈‍⬛ Capítulo 20 🐈‍⬛

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⚠️Advertencia en este capítulo hay contenido sensible como tortura, si no es de tu agrado te recomiendo que leas hasta que aparezca un 🐈‍⬛ y vuelvas a leer cuando aparezca otro 🐈‍⬛. No se recomienda que los actos que se me muestran sean replicados en el mundo real por ningún motivo⚠️

Melanie Dupont

Caí rendida sobre el suelo, mientras veía cómo el amor de mi vida se apartaba de mí por ocultarle que era. Todo lo que quería era no tener que hacer que me olvide, vivir, aunque sea en su memoria, incluso si era una desconocida y ahora ni eso tendré.

Recargué mi cabeza en una de las columnas y cerré mis ojos para descansar, apenas si podía respirar sin que mi cuerpo se quejara por el dolor. 

Sonreí al pensar en que Sebastián se enojaría por destrozar la pulsera que él mismo había hecho cuando tenía cinco años. Fue un gran logro para esa edad, pero al ver a Alaia corriendo peligro por culpa de Marcelo, hizo que nada pudiera evitar que el lado protector de Nova saliera y tampoco luché para que eso no pasara. Ni siquiera me explico cómo lo hice, cuando se supone que no se debería romper.

Antes de dormirme por completo, unos ruidos casi imperceptibles me alertaron. No me moví ni hice nada para informarles de qué sabía de su presencia hasta que tuve que tomar un proyectil con mi mano. Por la fuerza que usé, casi se rompió al instante.

—Esos reflejos son maravillosos —dijo Adrián cuando se presentó ante mí—. Veremos si podrás usarlos incluso con esto.

Llevé mis manos hacia mi cabeza cuando un fuerte ruido resonó por toda la bodega. Intenté regular mis sentidos, pero al estar tanto tiempo sin Nova, fue una tarea complicada de realizar.

Sentí un ardor cuando un dardo lastimó la piel de mi cuello. Traté de huir incluso cuando el ruido había cesado, pero mi cuerpo no respondía como debía y tan solo dar un paso me llevaba al suelo de nuevo. 

—Eres un maravilloso sujeto de estudio, Melanie, tu maldición no hará que te mate, no todavía.

Su sonrisa junto a esas palabras fue lo único que vi antes de caer inconsciente. Para mí parecieron segundos, pero tal vez pasaron minutos, horas o días. Cuando por fin desperté, estaba desorientada, las luces que estaban en el techo me cegaron por un momento. Traté de cubrir mis ojos con las manos, pero estas estaban siendo retenidas. 

Luché para liberarme, pero, aunque las ataduras eran de cuero, estaban bajo un hechizo, eso y que estuviera débil era la única forma de que no pudiera romperlas.

—Espléndida noche, ¿no, Melanie? —comentó Marcelo enfrente de mí con esa sonrisa que tanto quería borrar de un golpe—. Me dijiste que no podía ganarte con fuerza bruta, pues mira qué gran consejo me has dado y la cereza del pastel, tu chica me ha ayudado.

—¡No debiste involucrarla! 

—Pienso lo contrario, y tal vez cuando se convierta en cazadora le dé el honor de asesinarte.

Cerré mis manos en puño al comprender que el tiempo estaba corriendo. Lentamente, la maldición empezará a causar estragos en la conciencia de Alaia, tomará sus inseguridades, sus miedos y las usará para llevarse mi vida. Por un tiempo, las voces cesarán con mi muerte, pero después volverán hasta que poco a poco cada miembro Dupont sea exterminado.

Si eso llegará a pasar, el abuelo no tendría piedad de ella y se convertiría en una cacería sin fin, hasta que uno de los dos ganará y sabía que él sería el vencedor. 

Con los años, mis antepasados pudieron encontrar una solución menos caótica, que asesinar a inocentes cuando la ceremonia no podía llegar a término. 

🐈‍⬛ Oscura maldición 🐈‍⬛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora