• Seis •

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Abro las puertas del hospital de manera escandalosa llamando la atención de muchas personas, pero lo ignoró y me acerco a recepción.

—Eliana Maverick— dije exasperada. La recepcionista busco aquél nombre en una planilla que estaba en su escritorio.

—Piso 6, sección B, habitación 9— informó. Agradecí y corrí directo al ascensor, me adentré en él y rápidamente oprimí el piso 6, las puertas se cerraron y no podía esperar para que se abrieran pronto. Cuando las puertas metálicas se abrieron, salí del ascensor y me dirigí al pasillo de la izquierda, pero un brazo me detuvo

—Es por este lado— informó Aleksander señalando el pasillo contrario. Ni me había dado cuenta de su presencia hasta este momento. Asentí y lo seguí por el pasillo. Doblamos al pasillo siguiente y me sorprendo al ver a una persona fuera de la habitación donde se supone está mi mejor amiga.

—¿Kaemon?— dije confundida.

—¿Aleksander?— pregunto confundido al ver a mi acompañante, ignorándome por completo.

—Kaemon— saludó al hombre tras de mí.

—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté sin comprender su presencia aquí.

—Presencie el momento exacto del accidente de Eliana— respondió con voz melancólica.

—¿Cómo es que…

—Familiares de Eliana Maverick— preguntó el doctor saliendo de la habitación donde está mi mejor amiga.

—Yo soy como su hermana— dije. El doctor vio a Kaemon por un momento, él asintió para que el doctor continuará. Eso fue muy extraño.

—La señorita Maverick tuvo un fuerte golpe en la cabeza, llegó al hospital derramando sangre, por suerte logramos detenerlo a tiempo. Se dislocó el pie derecho y tuvo una fractura en el brazo izquierdo. Por suerte tiene recuperación, varios días con yeso y estarán como nuevos— suspiré aliviada.

—¿Como está ahora?, ¿Puedo verla?— pregunté con ansias de querer verla

—Aún no termino, señorita. No tengo buenas noticias— tragué saliva.

—¿Qué ocurre?— Pregunté temerosa. Él se tomó un momento para pensar cómo darme la mala noticia lo más delicado posible.

—La señorita Maverick… Se encuentra en coma.

*

El viernes pronto llegó y apenas salí del trabajo me dirigí a mi apartamento para arreglarme e ir a visitar a Eliana. Aleksander se ofreció a llevarme como lo ha hecho estos últimos días. No se como agradecerle el apoyo que me ha brindado en este difícil momento.

Eliana lleva una semana en coma, ha sido una semana difícil pero no pierdo la fe de que despertará pronto. Sé que soy egoísta en lo que diré, pero nadie sabe sobre aquél accidente, ni su familia, ni la mía. Se que tienen derecho a saberlo, pero me ha sido difícil asimilarlo y no sé cómo decirles a ellos. Pero prometí que si dentro de dos días más no despertaba, no tendría más opción que decirles.

Tomó asiento en una pequeña silla frente a Eliana. Tomo su mano y procedo a contarle cómo han sido mis días sin ella, lo difícil que ha sido sobrellevar aquel accidente.

—Aleksander se ha comportado de maravilla conmigo desde que estás aquí. Me trae a verte cuando lo requiero, se asegura de que coma algo aunque no quiera. Hasta me vió llorar cuando me enteré de tu estado. Claro está, luego lo amenace con que si se lo decía a alguien: lo mataría. Aunque ambas sabemos que jamás le haría eso a ese Adonis— reí leve, y luego continúe.

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