• Siete •

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Él me sienta en su enorme y cómoda cama, entra rápidamente al baño y escucho que abre la llave, segundos después llega, se arrodilla ante mí y procede a quitarme los tacones, con mi permiso quita mi vestido dejándome solo en bragas. Su mirada cae en mis senos pero rápidamente aparta la mirada y me cargó en sus brazos para llevarme a la habitación de baño.

Me deja un momento en la encimera del lavamanos. Se acercó a la tina para cerrar la llave y luego volvió por mi y me metió en ella.

El agua tibia cubre todo mi cuerpo, me arrecuesto lo más que puedo y permito que el agua me relajé lo suficientemente para olvidar todo lo que sucedió.

Sin decir ninguna palabra él procedió a limpiar mi cuerpo, lavó mis cabello y nos quedamos allí un rato más, él limpiandome y yo mirando a la nada tratando de asimilar todo lo que sucedió.

Cuando estuve de vuelta en la cama con una camisa y pantaloneta de él, se acostó a mi lado y me permitió poner mi cabeza en su pecho mientras hacía leves caricias en mi espalda. Me sentí protegida y amada.

—¿Cómo supiste que estaba allí?— pregunté rompiendo aquél silencio

—Dejaste tú bolso en mi auto, aproveche para ir a verte una vez más ya que quería asegurarme de que estuvieras bien. Como nadie abrió la puerta le preguntó al chico de la recepción y me dijo que estabas en el club. Al parecer es un buen amigo tuyo.

—Si. Su nombre es Drake y ha sido muy amable con nosotras desde el primer día.

—Comprendo. Me dirigí al club y al llegar escuché varios tiros, personas gritando aterrorizadas mientras salían de ahí. No pensé mucho y entré a buscarte, revise toda el primer piso pero no te encontré, así que fuí a la zona VIP y te encontré allí con Hela.

—¿Quién es ella?— Pregunté

—Es hija de un buen amigo— respondió —Hela es como mi sobrina.

—Entiendo. Sabes que tengo muchas preguntas— murmuré

—Lo se, pero por el momento es mejor que no sepas nada

—¿Por qué?— alcé mi rostro para verlo.

—Catania, mi mundo es oscuro, lleno de maldad. Él de ella es igual.

—Si es así, ¿Por qué no me alejas de tú lado?, No crees que estás siendo un poco egoísta en meterme en tu mundo.

Ambos nos sentamos en la cama, él tomó mis manos y me miró fijamente para luego hablar.

—Lo sé, Catania. Lo sé. No sabes las discusiones internas que tengo todo el tiempo, entre alejarte de mi vida o hacerte parte de ella. Pero soy tan egoísta que no quiero tenerte lejos de mí.

—Aleksander…

—Te quiero, Catania. Más de lo que podrías imaginar. Se que nos conocimos en un momento de calentura. Deseo tu cuerpo, no lo voy a negar. Pero también quiero que sepas que tengo la necesidad de verte, cuidarte y protegerte siempre.

—¿Eres mafioso?— pregunté de repente. Él me miró estufectado por aquella pregunta

—Catania…

—Lo siento, es que veo muchas películas y leo muchos libros respecto al tema. Es lo único que se me ocurre cuando me hablas de un mundo oscuro.

Él suspira pesadamente, se queda en silencio unos segundos meditando lo que dirá.

—Estás en lo correcto. Catania, soy jefe de las mafias más importantes del mundo.

Mi boca se abrió con exageración. ¿Escuché bien o me volví loca?

CataniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora