• Veintiocho •

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Al abrir mis ojos y darme cuenta que estaba sola en cama no fue lo más agradable al despertar.

Anoche me acosté con mis dos maravillosos chicos y que ahora no están a mi lado me desanima un poco.

—¡Papi, no!— escuchó la queja de mi hijo entre risas

—Shh, despertarás a mamá— escuchó la voz de mi novio

Inmediatamente me pongo de pie y caminó rumbo donde proviene la voz. La puerta del baño se encuentra medio abierta, logró ver a mi hijo sentado dentro de la bañera y a Aleksander arrodillado fuera de la bañera mientras masajea la pequeña cabeza de mi hijo con shampoo.

Sonrió tierna por la maravillosa escena que estoy viendo.

—Mi padre adoptivo muy pocas veces podía darme un baño. Cuándo perdió el puesto como director ejecutivo de una importante empresa tuvo que tener dos empleos para mantenernos, así qué cas nunca estaba en casa— comentó mi hijo

—Conmigo no tendrás de qué preocuparte. Siempre tendré tiempo para ti— murmura Aleksander

—Entonces estarás casi siempre en casa?— pregunta Bastián

—Así es, me gusta estar cerca porque sé que así los protegeré de cualquier mal

—¿Así como un superhéroe?— chilla mi hijo dando vuelta rápidamente mirando a mi novio con un precioso brillo de alegría en sus ojos

—No tengo una capa ni mucho menos poderes. Pero puedes estar seguro que daría mi vida por ti, por tu madre y por todos a los que amo.

—Mamá es afortunada de tenerte— murmura sonriente

—Al contrario. Yo soy el afortunado de tenerla.

La sonrisa que ambos se brindan para luego darse un abrazo es lo más emotivo que habré visto hoy.

Sin darme cuenta algunas lágrimas empapaban mi rostro por la escena. Ambos se llevan de maravilla y eso es más que suficiente para mí.

—Mami, ¿Estás llorando?— pregunta Bastián de repente haciendo que me sobresalte, miró nuevamente dentro de la habitación de baño donde ambos me miran con atención, limpio las lágrimas para luego acercarme a ellos.

—Me puse triste porque desperté sola— murmuré

—Papi me acompaña a darme un baño, Celeste vendrá por mí en un rato para ir a desayunar— explica mi hijo. —No llores mami, a papá y a mí no nos gusta verte llorar.

Asentí leve. Me incline un poco para besar su mejilla y luego hice lo mismo con Aleksander que ha comparación le dí un beso en los labios.

—Buenos días amor— murmura sobre mis labios

—Buenos días, cariño— murmuré de vuelta.

Le sonreí leve antes de alejarme e ir al lavamanos para lavar mis dientes. Lave mi rostro y peine mi cabello dejándolo suelto.

Bastián salió del baño con una toallas cubriendo su desnudez y Aleksander aprovecho para acercarme a mí por detrás envolviendo sus brazos en mi cintura y apoya su mentón en mi hombro

—Luego del desayuno iremos de compras, al terminar tomaremos el resto del día para recorrer París y mañana a primera hora partiremos a Alemania— informa.

—Esta bien. Entonces me daré una ducha antes de irnos.

—Me encantaría acompañarte, pero tenemos a un pequeño con nosotros.

Hice una risa nasal. Se cuanto se abstiene por la presencia de Bastián. Aleksander es un hombre bastante activo comparado a mi, pero con él nunca me puedo negar, siempre queremos más del otro.

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